El futuro de Rubén Castro vuelve a teñirse de verde y blanco

Máximo goleador de la historia del Real Betis, cumplirá 42 años justo cuando termine la presente temporada, en la que lleva ocho goles y dos asistencias en su intento de salvar al Málaga CF del descenso a Segunda

El futuro de Rubén Castro vuelve a teñirse de verde y blanco
El canario celebra un tanto con la camiseta blanquiazul en una temporada más irregular de lo que acostumbra. - @MalagaCF
Óscar MurilloÓscar Murillo 4 min lectura

Terminará la temporada con la decimosegunda camiseta distinta de una longeva y exitosa carrera, la del Málaga CF, con el que desea lograr la permanencia en Segunda división. Está difícil, pero sería el mejor regalo de cumpleaños para Rubén Castro, que abrochará el ejercicio con 42 tacos y sin perspectivas, al menos que sean públicas, de dejarlo. Veintitrés temporadas consecutivas, muchas de ellas a altísimo nivel, jalonan la vida deportiva de un delantero de leyenda. Historia viva del Real Betis, es el máximo goleador de su centenaria trayectoria, pero el canario no se ha conformado con ese récord, sino que ha devorado la mayoría de los que tenía a su alcance. Con las ocho dianas y dos asistencias como albiazul, suma ya 315+55 en 770 partidos como profesional, prácticamente uno cada dos que disputó. Un auténtico escándalo que, a la chita callando, tapó bocas como verdiblanco.

En sus ocho años como bético, con un paréntesis menor a un semestre en el que probó suerte en China, el 'Eterno 24' marcó 148 'chicharros' y regaló otros 35, la mayoría a su mejor pareja de baile, Jorge Molina, que le dio otros muchos. El alcoyano, que ahora pasa por un mal momento debido a una gravísima lesión, hizo, sin duda, mejor a Rubén. Y viceversa. Los 'Zipi y Zape' que juntaron Oliver y Mel en aquel ascenso de la 10/11 se hartaron de dar alegrías a una afición que los idolatra, especialmente al canterano de Las Palmas. Máximo anotador histórico de las dos máximas categorías del fútbol español, repartió su néctar también por Cartagena, Vallecas, Albacete, Huesca, Tarragona, La Coruña o Guiyang, pero Sevilla, como dice la canción, tiene un color especial.

Sus hijos con la ex tronista e influencer María Hernández, Rubén Jr. y Kilian, han heredado su amor por el Betis, asegurando el futuro en verde y blanco de la familia Castro. Con 7 y 6 años de edad, respectivamente, ambos nacieron en la capital hispalense y se imbuyeron de unos colores que han calado hondo en sus gustos, como demuestra la decoración de la impresionante sala de juegos de la casa que se están construyendo en Sevilla, tras mucho tiempo en hoteles y de alquiler, por ejemplo en Cartagena. La alicantina y el canario ya han dejado claro que volverían a afincarse donde fueron tan felices, sea o no con el fútbol de por medio, por lo que han rematado esa zona con una portería, césped artificial y un fondo recreado a partir de una gran fotografía del interior del Estadio Benito Villamarín que hace las delicias de los pequeños, que, para que nadie se enfade, han lucido en las redes sociales de su progenitora ropa de los diferentes equipos de su padre, como en una última imagen en la que aparecen ataviados con el chándal del Málaga.