Vitolo sigue viviendo su particular carrera deportiva, la cual está inmersa en una espiral negativa desde que dejara el Sevilla FC para fichar por el Atlético de Madrid paso previo por la UD Las Palmas que es donde está ahora buscando resurgir viejos y ya olvidados brotes verdes, los cuales no parecen que vayan a volver porque Vitolo atraviesa una situación inexplicable pero al mismo tiempo acorde a su travesía futbolística una vez abandonó Nervión que se puede definir de una sola forma: no levanta cabeza.
Vitolo ha cumplido dos meses sin jugar al fútbol desde que tuviera que ser sustituido en un partido contra el Albacete Balompié en el que sólo duró seis minutos en el terreno de juego. Vitolo se fue del terreno de juego triste y decaído sin explicarse cómo salir de un círculo negativo que no parece tener fin.
Y es que cuando se dio a conocer la lesión que padecía Vitolo se avanzó que el extremo estaría de baja unas semanas solamente. "El tiempo aproximado de baja será de unas tres semanas según evolución", afirmó la UD Las Palmas en un escueto comunicado en diciembre, pero de eso ya han pasado dos meses y Vitolo no ha vuelto a jugar al fútbol.
Vitolo está viviendo un calvario de temporada en la que sólo ha jugado poco más de 100 minutos en Segunda división con la UD Las Palmas repartidos en siete partidos en los que ni ha marcado ni ha asistido. Un rendimiento pobre pero condicionado por las lesiones que tienen al extremo en un pozo del que parece que no puede salir. Ni García Pimienta, su entrenador en la UD Las Palmas, se aventura ya a poner una fecha para su regreso. "Vitolo sigue con su proceso. No tenemos fechas para su vuelta. No tiene presión y el chico está pasando un calvario. Cuando esté nos va a ayudar. Por eso no puede decir fechas, porque no las sabemos".
A sus 33 años, Vitolo está lejos de ser el futbolista determinante que fuera internacional con la selección española de Julen Lopetegui donde llegó a ser titular incluso. Ahora, el canario está cedido en la UD Las Palmas por el Atlético de Madrid, con quien tiene contrato hasta el 30 de junio de 2024. No parece que la cesión le esté sentando muy bien al canario que desde que se marchó del Sevilla FC, allá por el verano de 2017, no ha vuelto a ser el mismo dando lugar a una de esas bajadas de rendimiento en futbolistas que es muy difícil de explicar.