Llegar y besar el santo. Eso es lo que ha hecho Diego Martínez nada más sentarse en el banquillo de la UD Las Palmas, imponiéndose al Valencia CF en Mestalla por 2-3 en un duelo por el eludir el farolillo rojo de la clasificación en Primera división.
No es de extrañar, por tanto, la imagen de Diego Martínez arrodillado sobre el césped de Mestalla tras el pitido final. Y es que Las Palmas conseguía sumar de tres tras 23 partidos de LaLiga sin conseguirlo. Un triunfo; justo lo que no había conseguida García Pimienta en sus últimos 14 encuentros como entrenador amarillos -antes de marcharse con destino al Sevilla FC- ni Luis Carrión durante las nueve jornadas que esta temporada había estado al frente del plantel insular.
Una mentalidad ganadora que el técnico gallego ha transmitido desde lo sencillo, trabajando en lo psicológico y en lo grupal al mismo tiempo que poco a poco intenta transmitir su filosofía sobre el terreno de juego. Varios han sido los aspectos de la rutina de la UD Las Palmas que han cambiado con la llegada de Diego durante la previa de un partido lejos del Estadio de Gran Canaria. Detalles nimios, pero que hacen equipo: desde un paseo matinal hasta comer todos juntos en la misma mesa.
Desde el 10 de febrero no celebraba la UD un triunfo; una auténtica losa mental que se traduce en 254 días de presión sobre las cabezas de los jugadores. Una triste estadística que ha resuelto Diego Martínez a la primera de cambio.
“Me salió así por el momento. Esta victoria es de los jugadores y de la afición, que lleva mucho tiempo sufriendo. Y de mis ayudantes y todo el cuerpo técnico; también les pertenece a ellos. Y también a toda la estructura del club, que desde que llegamos se ha volcado por sumar y ayudar”, resumía Diego Martínez en la sala de prensa de Mestalla tras la victoria. Un triunfo revitalizante para los amarillos que, sin embargo, hundía aún más al Valencia CF del Pipo Baraja y a un valencianismo que se echaba a la calle contra la situación del club.
Una nueva etapa para el equipo del Gran Canaria que se inicia de la mejor manera, ganando a domicilio y con la clara intención de ir escalando posiciones poco a poco, dejando a un lado los puestos de descenso de la categoría. Diego Martínez tiene mucho trabajo por delante.