"Está pasando". Con estas palabras y medio sonrojado, Ernesto Valverde arrancó a hablar ante los micrófonos de Movistar Plus momentos antes de que diera el comienzo el duelo entre el Athletic y el Granada. Lo había hecho antes que él José Ramón Sandoval, quien no dudó en elogiar el trabajo del 'Txingurri' y de reconocer que había disfrutado estas semanas atrás con el título copero conquistado por los leones.
El entrenador del conjunto vasco no daba crédito ante tanto elogio por parte del preparador del conjunto nazarí ni tampoco por cómo estaba desgranando al detalle cuál iba a ser su planteamiento en cuanto el balón comenzara a rodar sobre el césped de 'La Catedral'.
"Sabemos que el Athletic es muy vertical y que le gusta meterte en el ring para hacer un intercambio de golpes y ahí ellos son favoritos. A nosotros no nos queda otra que salir a hacer nuestro partido, bien juntitos atrás y esperar para ver si podemos sacar algo positivo de aquí", expresó el propio Sandoval haciendo toda una declaración de intenciones que acabaría siendo una auténtica jugarreta para el Athletic y para el propio Valverde.
Porque lo cierto es que hoy el cuadro andaluz, pese a sufrir un contratiempo de última hora en su once por la baja de Pellistri, salió a morder a campo rival desde el minuto uno. Y fruto de esa valentía llegaría el gol olímpico de Gumbau tras un córner forzado en esos primeros compases del partido.
Tras el tanto conseguido en el minuto 5, los nazaríes sí se atrincheraron atrás como pudieron para aguantar las embestidas de los leones, hasta que Guruzeta consiguió sacar petróleo de un rechace del guardameta Batalla tras una jugada previa de Nico Williams (1-1), pero el planteamiento inicial no fue el manifestado por su entrenador en esa última rueda de prensa previa.
Ahora son muchos los que se preguntan si esas palabras las tenía Sandoval preparadas para que Valverde se confiara o si sus pupilos hicieron caso omiso a sus indicaciones durante la semana.
Y otra prueba más de que el Granada salió dispuesto a dar la sorpresa en San Mamés fue la estrategia diseñada por Sandoval en cada saque de esquina que lanzaba el Athletic. El técnico del conjunto nazarí siempre dejaba descolgados a tres jugadores para intentar montar el contragolpe a la postre.
Algo que obligaba al equipo vasco a tener que prescindir de un rematador más y vigilar aún más la transición. Y en una de ellas, al filo del descanso, casi llega el segundo tanto andaluz, pero Ruiz de Galarreta se cruzó en el camino y abortó el disparo final.
Ya en el segundo acto, Sandoval optó por no correr tantos riesgos y Ricard ayudaba en labores defensivas y sólo dejaba el Granada dos jugadores en ataque.