Siempre suele decirse que es mejor caer en un amistoso que en competición oficial, pero los aficionados ingleses no se fueron nada contentos de Wembley tras la actuación del combinado nacional en la última cita antes de medirse a Serbia en el debut en la Eurocopa. Los de Gareth Southgate cosecharon una derrota por la mínima (0-1) en casa, ante la Islandia de Åge Hareide. Además, lo hizo en un partido en el que las formas hablaron mucho, y algunos nombres no rindieron tal y como se esperaba de un país que es candidato a todo.
Los fantasmas de Wembley aparecieron en el mismo escenario. Cómo una selección tan potente podía resultar incapaz de hacerle daño a un combinado con muchísima menos calidad como el islandés. Era el estreno de la convocatoria oficial. La apuesta del seleccionador en su puesta en escena final antes de la gran cita. Y todo con un once muy reconocible en el que es tan cierto que faltaban algunas estrellas, como que tampoco resulta como excusa convincente teniendo en cuenta los jugadores que tenía en frente y la exigencia que tienen los británicos.
Y es que Southgate salió con: Ramsdale, Walker, Stones, Guéhi y Trippier; Mainoo, Rice, Palmer, Foden, Gordon y Harry Kane. Un equipo que podía albergar de inicio siete teóricos titulares, que posteriormente contó con la participación de otros como Joe Gómez, Saka, Arnold o Eze, y que tan sólo fue capaz de realizar un tiro a portería en más de 90 minutos de partido.
Desde el minuto 12 de partido ya había puesto por delante el extremo izquierdo de Islandia a los suyos, empezando en ese momento el camino hacia un ejercicio de resistencia a los que acostumbra este país en algunas ocasiones ante los grandes. Un 63% de posesión para los ingleses, con 13 remates en total y tan sólo uno de ellos a portería, la lectura es sencilla: mucho ruido y pocas nueces. Tener el control del partido, ser capaz de dominar y llegar a portería rival, pero no probar en más de una ocasión al portero rival es algo que puede pasar factura en el futuro.
Para colmo, los problemas físicos le han dado un buen susto, de momento, a los aficionados británicos. En los primeros instantes de partido, un golpe en el tobillo de John Stones encendía todas las alarmas de cara a la Eurocopa. Afortunadamente pudo continuar jugando el partido sin aparentes problemas, pero en el descanso tuvo que ser sustituido por Konsa. Tocará esperar, al menos, a las palabras de Southgate tras el encuentro y ver si avanza positivamente en los próximos días.