Pese a que Benzema ha sido el autor de tres de los cuatro tantos que el Real Madrid le ha endosado al FC Barcelona en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, el gran artífice de la remontada blanca ha sido Vinicius Junior. Con y sin balón en juego.
El brasileño fue el autor de la jugada que originó el 0-1. Un gol que, por mucho que hiciera Karim por empujar el esférico al fondo de la red, el balón ya estaba dentro y el acta de Martínez Munuera se lo adjudicó al número 20 blanco. Sin embargo, su papel de protagonista comenzaría mucho antes con dos piques que ya vienen siendo habitual en los 'Clásicos': Araújo-Vinicius y Gavi-Vinicius.
El partido comenzó a calentarse con el duelo que protagonizaron en la primera parte el centrocampista azulgrana y el atacante blanco. Una batalla en el centro del campo que acabó con sendas cartulinas amarillas mostradas por el colegiado alicantino. Pero lejos de venirse abajo, ambos se volvieron a buscar y en la jugada siguiente Gavi recibió el balón y se fue directo a buscar al brasileño para provocarle. Logró regatearle, pero no consiguió lo que deseaba. Y eso que le buscó, tirándole incluso un beso al aire como señal de que iba a por él, casi como hiciera Judas con Jesucristo. Y todo eso, con el 0-0 en el marcador.
Ya en la segunda parte y con la eliminatoria totalmente encarrilada para los de Ancelotti, Vinicius estuvo más en su salsa que nunca. Pero casi le cuesta la expulsión, sobre todo, en otra acción polémica con Araújo, donde el uruguayo intentó también buscar la segunda amarilla del brasileño para que, al menos, no jugase la final contra Osasuna.
El propio central azulgrana reconocía al término del encuentro su roce con el delantero madridista: "Me calenté un poco con él porque no paraba de hablarle a nuestra gente. Siempre lo he dicho, si se dedicara solamente a jugar al fútbol sería mejor futbolista de lo que es. Yo siempre trato de respetar al rival, hoy me calenté porque no dejaba de decirle cosas a los míos, pero son cosas del fútbol".
Afortunadamente para los aficionados madridistas, Ancelotti lo sustituyó cuando quedaban cinco minutos por Dani Ceballos. Porque de lo contrario, el último baile del Vinicius más provocador en el Camp Nou podría haber terminado con el brasileño sancionado para la final en Sevilla.