De momento, la oposición de la RFEF y la justicia ordinaria han impedido a Javier Tebas cumplir con su deseo de que algunos encuentros de LaLiga se disputen en territorio norteamericano. Sendos magistrados tiraron por tierra en la 18/19 un Atlético-Villarreal y, en la 19/20, un Girona-Barcelona previstos en Miami (Florida), aunque la desfachatez del presidente de la Española, Luis Rubiales, le lleva a negarse a esta emigración, pero sí firmar un jugoso contrato para que la Supercopa de España se dispute en Tánger (Marruecos) y, ya más recientemente, en formato 'final four' en Riad (Arabia Saudí). Una internacionalización del fútbol patrio que parece imparable y que busca captar la atención de mercados exóticos y emergentes.
Por ahora, los dirigentes de nuestro fútbol han tenido que conformarse con competiciones cortas, amistosos y giras. Ésas a las que antes sólo tenían acceso Real Madrid, Barcelona y, como mucho, Atlético de Madrid, pero que ya se abren a otros clubes con tirón. Como el Sevilla FC, que arrancó su pretemporada el pasado verano en Suwon (Corea del Sur), donde realizó varias actividad lúdicas y culturales antes de disputar un 'bolo' contra el Tottenham. O el Real Betis, que se marchó durante el parón mundialista a Suramérica para disputar tres encuentros ante River Plate y Colo Colo en Mendoza (Argentina) y Concepción y Viña del Mar (Chile).
El último invento va un poco más allá, porque el próximo verano, tras alguna experiencia con el 'Clásico' español por excelencia entre Madrid y Barça, habrá derbi hispalense allende nuestras fronteras. En concreto, en un emplazamiento de México por determinar se enfrentarán Sevilla y Betis, que formarán parte de un cuadrangular al que también han sido invitados el Atlético de Madrid y la Real Sociedad. Por el momento, según el periodista de Deportes Cope Germán Mansilla, están confirmados El Gran Derbi en tierras aztecas y un duelo entre colchoneros y nervionenses en San Francisco (en California, Estados Unidos), a no ser que haya un error y sean madrileños y donostiarras los que se midan en esa teórica semifinal, saliendo el otro aspirante al título del choque de la máxima rivalidad sevillana.
Será una manera de testar el trabajo de ambas secretarías técnicas de cara a la 23/24, así como la continuidad en dos plantillas, la verdiblanca y la blanquirroja, confeccionadas esta campaña para luchar por meterse en Champions y llegar lejos en competición europea, pero que han seguido caminos dispares en la primera mitad ya disputada, con el Sevilla luchando por escapar del descenso y el Betis, aunque ahora de capa caída, sí instalado entre los favoritos en la parte alta.