Es el juvenil más goleador de la historia de los escalafones inferiores verdiblancos. Cumplió 18 años el pasado verano y, aunque ya promocionó a ratos en la 23/24 y definitivamente en esta campaña, alterna el Grupo 2 de Primera RFEF con la Youth League para que su talento realce el lustre de un debutante como el Real Betis. Son, y se dice pronto, 69 tantos en 82 partidos con los sub 19 heliopolitanos, lo que le hizo batir todos los récords habidos y por haber en la anterior edición de la División de Honor, amén de convencer de una vez por todas al seleccionador nacional, el ex sevillista Paco Gallardo, de la conveniencia de llevarlo. Y menos mal: una diana de Pablo García clasificó 'in extremis' a la 'Rojita' para la Ronda Elite definitiva de acceso al Europeo sub 19, que se disputará el año que viene en Rumanía y para la que España, junto a Austria de su grupo de la primera fase, buscará un billete la próxima primavera.
Sin embargo, tras llevarlo a la pretemporada Manuel Pellegrini y darle galones Arzu este curso, a pesar de la tremenda competencia que suponen Jesús Rodríguez y Souleymane Faye, el de Alcosa se encuentra actualmente en una situación peliaguda e incómoda, condenado a la grada al no haber aceptado la última oferta de renovación presentada por la entidad verdiblanca, habida cuenta de que termina contrato el 30 de junio de 2025. Ni siquiera su golazo ante el Antequera, que suponía su estreno con el B y que, desgraciadamente, no supuso ningún punto por la remontada visitante sobre la bocina, ha convencido a los dirigentes del Real Betis de su compromiso. Antes al contrario, su entrenador recibía una llamada para que le comunicase que no iría convocado para Fuenlabrada, un estatus que se mantendrá mientras no haya acuerdo para prolongar su estancia en una entidad que ha sido su única casa desde prebenjamines.
Mientras la agencia que representa al extremo, Promoesport Andalucía, no sale de su asombro y prefiere rebajar la tensión, considerando este movimiento una parte de las negociaciones, pero también un gesto feo e innecesario, el club sigue esperando una respuesta para rubricar la ampliación deseada. Pablo García está triste y no se pronuncia, ni públicamente ni en privado, desde el pasado miércoles, al tiempo que su padre, Ramón García, bético hasta la médula como el zurdo y muy activo en redes sociales, se ha limitado a retuitear una frase de Luis de la Fuente, seleccionador nacional absoluto, en la que éste defiende que "a toda persona que trabaja, que se deja la piel, la vida te da recompensa. Si trabajas y eres honesto, la vida siempre te devuelve algo nuevo". La madre del atacante, Isabel Fernández Amores, salía al paso de alguna crítica y confesaba sentirse "impotente y muy triste", además de recomendarle "cabeza alta" y "trabajo, trabajo y más trabajo".