Después de cerrar el fichaje de Perraud a principios del mercado para empezar la remodelación completa del carril zurdo, el Betis apostó a comienzos de agosto por un futbolista tan experimentado como polivalente que había terminado contrato en junio. Así, tras una oferta fallida, la dirección deportiva incorporó a Ricardo Rodríguez con la intención de contar con un líder dentro y fuera del campo que se convirtiera en pieza importante para Pellegrini.
Al internacional suizo le costó hacerse un sitio de primeras en el once del Betis, situación que justificó Pellegrini por el proceso de condicionamiento físico que necesitaba el carrilero después de finalizar la vinculación con el Torino. Lo cierto es que dicha teoría adquirió sentido cuando poco a poco empezar a otorgarle protagonismo con el paso de los partidos, hasta que a finales de septiembre se produjo el 'sorpasso' al adelantar a Perraud, Fue titular ante el Espanyol y mandó al galo a la 'unidad B' que jugó contra el Legia en la Conference.
Este salto se confirmó en el derbi, que, sin embargo, también fue su condena. Pellegrini lo consolidó en su rol en un choque como titular en el duelo cainita, pero Lukébakio lo superó en todo momento y sacó a la luz sus carencias, lo que provocó un nuevo cambio radical del chileno. Ya sin la excusa de la adaptación física, lo sumió en el banquillo y desde entonces en LaLiga solo ha jugado un minuto, ante Osasuna, para en los últimos cuatro partidos no pisar el césped.
Así, después del parón de selecciones, en el que el lateral se marchó como siempre con Suiza, el 'Ingeniero' mantuvo su postura contra el Valencia y lo dejó sin jugar a pesar de que Perraud tampoco atraviesa por su mejor momento y está recibiendo críticas por parte de la afición. El jueves sí le tocará el turno contra el Mlada Boleslav checo en la Conference League, como reflejo de su estatus en el Benito Villamarín, muy alejado de lo que Ricardo Rodríguez esperaba cuando decidió apostar por el Betis. En total, solo ha jugado 713 minutos en lo que va de temporada, 336 de ellos en LaLiga, una situación a la que no está acostumbrado el carrilero, indiscutible en el combinado helvético y en su anterior etapa.
Del todo en el Torino casi a la nada
Y es que en las tres temporadas pasadas, Ricardo lo jugó prácticamente todo, con la curiosidad de que fue ganando minutos a medida que transcurrían los cursos, y no al revés. Así, en la 21/22 disputó 2,472 minutos, en la 22/23 pasó a 2,675 y en la 23/24 alcanzó su culmen con 2.784 más 204 en la Copa.
A día de hoy, Ricardo promedia 24 minutos por choque en LaLiga, por lo que no alcanzaría ni siquiera los 1.000 minutos, con alrededor de 870, pudiendo ser menos a tenor de su caída de protagonismo desde derbi. Números que lo dejan en una situación límite.