Villa Gómez4 min lectura"Abstenerse en la votación será como votar 'no' a la ampliación de capital", explicaba este miércoles en los medios oficiales del club el consejero secretario, Carlos González de Castro, que detalló el funcionamiento del principal punto del día de la junta extraordinaria de accionistas del Real Betis, fijada en primera convocatoria a las 18:00 horas de este viernes 25 de agosto en el Hotel Renacimiento de la isla de La Cartuja, donde la directiva que preside Ángel Haro necesita obtener una mayoría absoluta para sacar adelante la medida. Siempre y cuando haya quorum y estén representadas, al menos, la mitad de las acciones en juego (117.500 en total), que saldrán al precio de 365,44 euros (prima incluida) para ser suscritas de nuevo. Si debe celebrarse el sábado en segunda convocatoria, el órgano de Gobierno de la entidad verdiblanca precisará de dos tercios de respaldo.
La inyección de casi 43 millones de euros a debate servirá, según el abogado hispalense, "para consolidar la situación financiera y, así, mantener la senda de crecimiento trazada en el Plan Estratégico, tanto a nivel de infraestructuras, como la construcción de la nueva ciudad deportiva o el nuevo estadio, como de mejora de calidad de la plantilla deportiva”. En concreto, respecto a esto último, incidía en que, de aprobarse la AC, se conseguiría que el LCPD (vulgarmente conocido como tope salarial) se fijase por encima de los 100 millones y no se redujese a la mitad, con lo que la lucha por Europa quedaría apuntalada, evitando, en caso contrario, las necesarias ventas de pilares fundamentales que llevaría al equipo seguramente a medirse con los candidatos a la permanencia. En este caso, no se lograría directamente la fórmula 1:1, aunque ya hay conversaciones con LaLiga para aumentar el margen de maniobra en los últimos días de mercado estival.
"Se podría obtener una capacidad de inscripción extra, aunque el límite estuviera excedido, pues el 65% de la ampliación de capital se puede utilizar para inscribir jugadores en los 5 años siguientes a que ésta se produzca, en la proporción de 20%,15%,15%,15% y 15%", por lo que antes del 31 de agosto de 2023, teóricamente, se produciría un ingreso de unos 8,6 kilos para gastar, habida cuenta de que "esta ampliación, a diferencia de la anterior para solventar la judicialización del club, sí revertirá directamente en las arcas del Betis". En este sentido, el resto del dinero extra que no se use para confeccionar el plantel se utilizará para "reducir las pérdidas ocasionadas por la Covid", siendo la idea arreglar las limitaciones para fichar en la 23/24 y la 24/25, dando tiempo a que esté terminado el Nuevo Benito Villamarín, que reportará ingresos extraordinarios con los que respaldar esta encomienda.
"Para acometer la obra, se dispone de 35 millones aproximadamente de CVC (se gastaron ya 32 en la Ciudad Deportiva Rafael Gordillo), siendo necesario un préstamo adicional (de 45, ya suscrito con un fondo de inversión). Aquí, la ampliación de capital desempeña un papel crucial, porque nos permite equilibrar los fondos propios por encima del valor del capital social, que es un ratio muy importante con el fin de obtener financiación a largo plazo para el estadio; nos permite reducir la deuda actual (amortizando préstamos por valor de 17 millones), por lo que se reducen los costes financieros y se mejoran los ratios de endeudamiento, permitiendo acceder al mercado financiero para el préstamo del estadio con más garantías y con capacidad de obtener mejores precios", terminaba González de Castro.