El nuevo rol de Claudio Bravo en el Betis

Claudio Bravo, el veterano portero del Real Betis y capitán de la selección de Chile, se ha pasado dos meses seguidos sin jugar ni un solo minuto, en una situación totalmente excepcional en su dilatada carrera a excepción de sus dos últimos años en el Manchester City -en parte por culpa de una grave lesión de rodilla-. El de Buín cumplió hace tres semanas los 40 años y, con algo de retraso, su compatriota Manuel Pellegrini le regaló una inesperada titularidad en Bilbao que sirvió al meta andino para seguir haciendo historia, convirtiéndose en el segundo futbolista verdiblanco en jugar en LaLiga con esa edad y en el décimo tercer jugador más longevo de la historia de la Primera división española. Todo ello, siendo decisivo para que su equipo volviese a sumar tres puntos después de tres jornadas seguidas sin conocer el triunfo, con un empate y dos derrotas, y compartiendo su receta del éxito para mantener la confianza en épocas de ostracismo.

Con Bravo, ya son 15 los jugadores que han seguido en activo en la máxima categoría del fútbol español después de sobrepasar la barrera de los 40 años. El ranking lo encabeza un imbatible Harry Lowe, quien lo hizo a los 48 años, siendo además entrenador del antiguo Donostia FC en la 34/35. Luego, aparecen otros cuatro jugadores que se vistieron de corto con 41 años. El más reciente es su compañero Joaquín Sánchez, que colgará las botas al final de la presente temporada. También lo lograron el italiano Amadeo Carboni con el Valencia CF a principios de este siglo, Alberto Cifuentes en el Cádiz CF y Ricardo López en el CA Osasuna.

El listado de futbolistas que han superado los 40 y se resisten a sucumbir ante la retirada la alargan Diego López (Rayo Vallecano) y Pepe Reina (Villarreal CF), con el propio Claudio Bravo cerrando el 'Top 13' de los abuelos históricos de LaLiga tras adelantar a Jorge Molina y teniendo a tiro los 40 años y 67 días de Manuel Pablo (RC Deportivo) y los 40+110 de Donato. El meta del Betis, además, aspira a escalar posiciones en la 23/24, si se confirma una renovación que cuenta con el visto bueno de Pellegrini.

Pese a considerarle un líder importantísimo en el vestuario, este curso Bravo ha perdido mucho protagonismo con respecto a Rui Silva, con quien en la 21/22 se turnaba. De hecho, su titularidad en Bilbao no estaba en las quinielas y no jugaba desde principios de marzo, cuando salió de inicio el día 9 en la ida de octavos de la Europa League ante el Manchester United y, cuatro días antes, ante el Real Madrid, en el que era su último encuentro en LaLiga hasta el pasado jueves. En la victoria por 0-1 ante el Athletic, no sólo no notó su ostracismo, sino que fue vital para el triunfo con una buen parada.

Y es que este nuevo rol, más protagonista fuera que dentro del campo, no le afecta anímicamente. "Más que sufrir, yo disfruto y más cuando no he venido jugando últimamente. La confianza no la venden en la farmacia. Que me silben y me chillen de un campo tan complejo es muy importante", aseveró el guardameta chileno, que cumple su tercera temporada en el Betis, colofón a una dilatada trayectoria que le sitúa entre los grandes cancerberos del fútbol europeo por sus años en la Real Sociedad, el Barcelona y el Manchester City.

El de Buin explicó a pie de campo cómo se hace y que una de las claves es "el ordenar, comunicar a los compañeros para que no bajen la tensión y sacar el premio" en un campo "muy difícil, un ambiente donde aprietan mucho" y un escenario en el que el Betis no ganaba desde hace una década. Pese a que juega poco y que en su tres años en Heliópolis sus números se han visto lastrados por sucesivas lesiones musculares que lo han tenido en numerosas ocasiones en el dique seco, Claudio Bravo mantiene sus ascendencia en los entrenamientos, en el banquillo y en su complicidad con el portugués Rui Silva, lo que le hizo considerar que, si día a día no trabajan como lo hacen, "este nivel no sería posible".

Claudio Andrés Bravo Muñoz, nacido en Buin el 13 de abril de 1983, comenzó a jugar en el Colo-Colo de su país natal, con el que debutó en la fase de grupos de la Copa Libertadores de 2003 y en el que jugó hasta que en 2006 fichó por la Real Sociedad, equipo en el que estuvo durante ocho temporadas y en el que sus grandes actuaciones llamaron la atención del FC Barcelona.

Ganador del Trofeo Zamora tanto de Primera como en Segunda división, Bravo recaló en el Camp Nou en 2014 y, dos años después, fue traspasado al Manchester City, en el que estuvo hasta que en el verano de 2020 fue llamado al Betis por su compatriota Manuel Pellegrini, quien ha tenido al meta de Viluco a una de sus prolongaciones en el campo y uno de los pesos pesados de su vestuario: 'Guardián de la galaxia', le ensalza el club tras su actuación de San Mamés.