Se acerca la Navidad y no todos los futbolistas pueden presumir de tener su propio villancico. Sucede que, en las navidades de este año, Juanmi Jiménez estará demasiado lejos de su amado Real Betis como para poder escuchar retumbar al Benito Villamarín cantando aquello de "Juan Miguel, Juan Miguel, gol de Juan Miguel...", rememorando la acción completa del gol del malagueño que dio a los verdiblancos un sonado triunfo en el Camp Nou hace casi dos años. Ahora, el '7' está a 7.000 kilómetros de Heliópolis, cedido en el Al Riyadh saudí. Desde Riad, el también proclamado 'O Rey' del beticismo expresa su nostalgia por un club inolvidable para él en el que, en teoría, debería regresar después de su cesión. Sin embargo, el tono de sus palabras invita a adivinar en él un sentimiento de despedida definitiva.
Juanmi ha atendido a los micrófonos de Radio Marca para demostrar que sigue sintiendo de cerca toda la pasión que emana del Betis y ha explicado que la decisión de marcharse ha sido una de las más difíciles que ha tenido que tomar en toda su vida. "Cuando uno está tan agusto en un equipo es muy complicado cambiar para irte a otro sitio, pero a raíz de la lesión comencé a tener menos minutos y perdí protagonismo", explicaba, recordando la grave lesión de tobillo que sufrió en un partido europeo en Helsinki a principios de la 22/23 y que le tuvo de baja hasta, precisamente, las navidades.
Cuando se lesionó, estaba entre los candidatos a ir a la selección española. Cuando volvió se topó con el fichaje de Ayoze Pérez, que desde su llegada ha sido fijo para Pellegrini, y su rol fue muy secundario. Antes de esa larga convalecencia que cortó su vuelo en el Betis, Juanmi ya había superado el obstáculo de las lesiones y venía de firmar 20 goles en la 21/22, año coronado con la Copa del Rey.
Su periplo como verdiblanco tuvo muchos altos y bajos, pero el malagueño asegura que nunca va a olvidar lo que supone defender las trece barras y sentirse todo un ídolo para la afición del Betis: "He pasado cuatro años inolvidables, con momentos muy duros por las dos lesiones, pero siempre me he sentido arropado. Poder recibir ese cariño de la gente es algo que no se puede pagar con nada. La única forma de devolver el cariño era darlo todo cada vez que me pusiera la camiseta", señalaba, sin dejar abierta la opción de volvérsela a poner.
En el Al Riyadh, Juanmi lleva sólo un gol (golazo, eso sí) y una asistencia en 12 partidos. Admite que le está costando adaptarse: "Es una vida totalmente diferente a lo que conocemos en España, tener a mi familia me ha ayudado mucho para adaptarme, con ellos aquí es todo mucho más fácil, pero vamos poco a poco". "La llegada de grandes jugadores ha provocado que la liga crezca, además no han venido a retirarse, sino a competir. El fútbol árabe tiene mucho margen de mejora con un planteamiento que es a largo plazo, y en los siguientes años la liga irá evolucionando", señalaba sobre el repentino auge de la Saudi Pro League.