Volvió como un tiro del parón mundialista, destacando en los tres amistosos disputados en el Benito Villamarín ante Manchester United (especialmente), Inter de Milán y Atalanta, aunque pisó el acelerador contra Athletic, Rayo Vallecano y la semifinal de la Supercopa de España contra el Barcelona. Un cambio de año espectacular de Luiz Henrique, a quien ni siquiera el repentino fallecimiento de su padre afectó en su rendimiento. Fue el mejor en el encuentro que cerraba 2022 y daba la bienvenida de nuevo a LaLiga, pero no marcó, redimiéndose ya en 2023 con un golazo en Vallecas y dos asistencias en Riad. No obstante, con mayor discontinuidad, Manuel Pellegrini otorgó las más de las veces un rol principal al extremo en el flanco derecho de su ataque, consciente tanto de que no estaba dando todo lo que podía como de lo mucho que tiene por ofrecer. Era sólo cuestión de tiempo, como también era esperado este bajón físico de febrero, que le ha costado el puesto frente a Celta y Almería, cuando el brasileño salió desde el banquillo para disputar once minutos cada vez.
La explicación radica en su desembarco en el Real Betis durante el verano en el hemisferio norte (invierno en su país). El zurdo arribó en su 'prime', ya que venía de superar una pequeña lesión de tobillo con Fluminense, pero estaba actuando regularmente a las órdenes de Fernando Diniz tanto en la Série A como en la Copa Sudamericana (tras la eliminación de la Libertadores). Al ser aquí pretemporada, hubo que adaptar su ritmo al de sus compañeros, atemperando en cierta forma un pico de rendimiento que, con el Mundial de Qatar, logró igualar más o menos al del resto, con mini vacaciones en su país incluidas. En realidad, esta época de cierta involución, que llega con mes y medio o dos meses de retraso por la magna cita a orillas del Golfo Pérsico que ha roto los planes de media Europa, habría coincidido con diciembre, tradicionalmente el de descanso allí, pues el Brasileirao se juega entre abril y noviembre, mientras que los Estaduales suelen arrancar en enero (para el 'Flu', con la Taça Guanabara, primera fase del Campeonato Carioca, y luego la Taça Río). Más tarde, en febrero, empieza la Copa Libertadores, al tiempo que ya de forma palalela a la Liga se disputa la Copa do Brasil.
El plan con Luiz Henrique contempla un nuevo repunte en el mes de marzo, que sería progresivo hasta alcanzar otra vez un momento de forma álgido en abril y mayo, precisamente cuando se abrocha la temporada 2022/2023. Tanto Pellegrini como sus compañeros esperan de vuelta la mejor versión del extremo, que debe ser uno de los principales argumentos ofensivos del Betis en la lucha por revalidar plaza europea y, si es posible, luchar por la Champions. Además, se trata en estos momentos del primero de los activos verdiblancos en el mercado, teniendo en cuenta la necesidad de cuadrar las cuentas (con un desfase importante, lo que motivó que medio vestuario tuviese que ajustar sus contratos y diferir cantidades a próximos ejercicios, así como el aval por parte del consejo de administración de 6,3 millones de euros) antes del 1 de septiembre próximo. Amén de activarse 'palancas' y soluciones imaginativas en el plano financiero, cada vez se hace más perentoria una gran venta o varias con plusvalías para sanearse y poder luego rearmar la plantilla.
A día de hoy, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, Luiz Henrique acapara más miradas que nadie, tanto del Nápoles como de la Premier League, aunque se pactó con su agente esperar un año al menos para que su adaptación a Europa fuera total y su explosión, una realidad. Con 22 años recién cumplidos, tanto su edad como su progresión resultan ideales, aunque el Betis desembolsará en total unos 12,6 millones de euros (entre ocho y nuevo fijos, el resto en variables), por lo que necesitará una propuesta superior a los 30 kilos para que sea rentable el movimiento. Expertos consultados por este portal web estiman que, de volver a rendir como en enero, su valor de mercado, actualmente de 15 millones según 'Transfermarkt', se disparará, por lo que podrá exigirse incluso más del doble. Luiz Felipe (26 años el verano que viene) y Rui Silva (29) llegaron a coste cero, por lo que también serían ventas jugosas, aunque la veteranía del portero, como ocurre con un Borja Iglesias (30) que además costó 28 millones de euros, juega en su contra para que las cifras sean elevadas.