Hace muy bien Dani Ceballos en pasar de puntillas por lo que le ocurre cada vez que viene al Benito Villamarín con otra camiseta. En las redes, algunos, especialmente los que no son de aquí, cuestionaban la pertinencia de los silbidos a un canterano verdiblanco que siempre ha reconocido su amor por el Real Betis y por un escudo que le gustaría volver a defender, si bien, a la hora de la verdad, ninguna de las dos partes ha puesto todo sobre la mesa para obrar un retorno cada vez más complicado, ya que el utrerano tiene galones en este último año como blanco y está como loco por aceptar la renovación que le propongan. Aquí, además, no es una prioridad, y menos con las cantidades que se están filtrando, por lo que el mediocentro asume que le tocará seguir regresando con otros colores. "Jugar en este campo es la cosa más bonita que me ha pasado como futbolista. Ojalá pueda seguir viniendo aquí y que me sigan queriendo", dijo el '19' en zona mixta, quizás dando por hecho que no ejercerá como local y pasando por alto los pitos.
"Aquí abroncaríamos a Luis del Sol si no sale vestido de verdiblanco", argumentaba un tuitero con bastante tino. La cosa viene de lejos, aunque se tendieron unos puentes que quizás algún día se transiten. De todas maneras, a Ceballos le pitaron casi tanto como a Soto Grado, que, pese al tufillo 'merengón' en ciertas acciones que dejó seguir (una mano clara de Camavinga que inició un contragolpe visitantes, bastantes forcejeos entre Borja y los centrales de Ancelotti que casi nunca se pitaron a favor del 'Panda'...), acertó en la polémica más gruesa. Anuló, gracias a la advertencia del VAR, el tanto de falta de Benzema que desvía con la mano Rüdiger, pese a que él había advertido que le daba hombro (que Dios le conserve la vista), además de ignorar un rebote en la mano de Miranda de forma involuntaria a centro de Lucas Vázquez y otra acción similar que golpea, en realidad, en el costado de Luiz Felipe. Tampoco hubo penalti en las dos caídas de Luiz Henrique al final ni en un bloqueo de Rüdiger en el segundo tiempo. Algún agarrón a Ruibal, Rodri o Ayoze se fue al limbo, pero poca cosa.
Las protestas pasarán factura al Betis en su desplazamiento del próximo domingo a Villarreal, un rival directo por la Champions, pero el peaje parece correcto para un empate tan meritorio, sin Fekir ni Canales, ante todo un Real Madrid que se queda muy tocado en la lucha con el Barcelona por LaLiga. Además, antes habrá que visitar Old Trafford para hurgar en la herida del Manchester United y traerse un buen resultado para la vuelta en La Palmera, con los cuartos de final de la Europa League esperando a los de Pellegrini, que hicieron este domingo un esfuerzo loable y un espectáculo que comenzó en los prolegómenos, como siempre llenos de luz, color y música en un Benito Villamarín a reventar, con más de 52.000 almas entregadas a su equipo
Espectáculo dentro y fuera del Benito Villamarín pese al 0-0.