En el fútbol actual, el pasado y el corazón pesan lo justo, por no decir poco. Cuando ya se conoció que Isco se marcharía este verano del Real Madrid, el nombre del Real Betis apareció con la misma fuerza que luego el Sevilla FC. Y argumentos no faltaban a ninguno que defendiera una vía o la opuesta. En Heliópolis, aparte de un estilo en el que seguramente encajaría mejor, se iba a encontrar al técnico que le lanzó al estrellato, llevándolo del Valencia Mestalla a un Málaga que fue de Champions League, con Cazorla, Monreal, Baptista, Van Nistelrooy... y Joaquín, con el que igualmente se podría haber visto de nuevo las caras. Con Manuel Pellegrini, el de Arroyo de la Miel firmó dos años mágicos que le llevaron a Chamartín. Sin embargo, Julen Lopetegui era el técnico de las categorías inferiores de la selección española con el que el mediapunta se sintió siempre cómodo o identificado. Cualquier decisión habría sido acertada.
Sin el vasco en Nervión, bastó un enfado con Monchi durante un entrenamiento para que Isco tomara la decisión de cortar por lo sano. Este miércoles se hizo oficial un secreto a voces, al que seguramente no seguirá una explicación clara y diáfana por ninguna parte. Quizás el otrora internacional debe algo al sevillismo, que se volcó en su presentación y ha tenido que ver cómo se va por la puerta de atrás, con una lesión de tobillo sacada de la manga. En cualquier caso, se abre de nuevo el abanico para el costasoleño, que vuelve a ser agente libre y que debe elegir destino para, al menos, terminar la 22/23, este engendro de curso, con mejor sabor de boca. La tentación de acudir a la llamada de Lopetegui por segunda vez es grande. Y en los Wolves no habría problemas para afrontar su caché real, que tuvo que ajustar a las posibilidades nervionenses. Aunque, por otro lado, el fútbol de la Premier quizás no es el mejor para este Isco.
Aprovechando su adiós, las redes sociales se han inundado de mensajes (medio en broma, medio en serio) acerca de un nuevo acercamiento al Betis del malagueño. Hay memes, claro, pero no son pocos los que ansían un giro de guion que termine con el ya ex '22' del Sevilla FC, que se perdió el primer derbi por sanción, marcando en el Ramón Sánchez-Pizjuán con la camiseta verdiblanca. Sería, desde luego, rocambolesco, aunque, por otro lado, altamente improbable. De momento, por la principal traba a su fichaje el pasado verano: las limitaciones económicas en La Palmera. Asumir un salario de esa enjundia, máxime cuando el rendimiento hasta ahora no lo justifica, sería mortal de necesidad para una economía como la verdiblanca. En otro orden de cosas, Pellegrini, que sí habría abierto los brazos de par en par a otro ex pupilo como Brahim Díaz, anda sobrado de mediapuntas talentosos (Fekir, Canales, Rodri, el mismo Joaquín, Dani Pérez...).
Aunque en su día se llegó a hablar de una megaoferta por Isco desde la planta noble del Benito Villamarín, el caso es que, según ha podido saber ESTADIO Deportivo, el de Arroyo de la Miel nunca ha estado de verdad entre los objetivos heliopolitanos. Ahora, incluso menos. La idea de los responsables béticos es no tocar la plantilla en la próxima ventana de fichajes, salvo que llegue una propuesta fuera de mercado y haya alguna 'fuga' importante auspiciada por el propio interesado. En condiciones normales, con lo que hay se terminará la 22/23. La posibilidad de una oportunidad, una 'ganga' que aprovechar, no tiene el nombre de Francisco Alarcón ni su demarcación subrayados en la agenda de Antonio Cordón, por lo que, bromas aparte, es un caso cerrado.