No existe la lesión oportuna, pero sin duda las hay especialmente inoportunas. La de Guido Rodríguez es un buen ejemplo de este segundo grupo. El centrocampista del Real Betis ha ofrecido sus primeras sensaciones desde que sufrió una fractura distal del peroné de su pierna derecha en una acción fortuita en un entrenamiento del conjunto verdiblanco. Es la primera lesión seria de su carrera deportiva y le llega cuando más le necesita su equipo, cuando sólo le quedan seis meses de contrato y se debatía entre sus ofertas para salir o renovar, y justo cuando su mujer encara el último trimestre de embarazo teniendo que cuidarle ella a él y no al revés. El '5' verdiblanco ha explicado cómo fue el momento exacto de su dolencia, la mala espina que le dio el "crack" que escuchó inmediatamente antes de sentir un fuerte dolor en el tobillo y el tiempo estimado (aún poco preciso) para su regreso a los terrenos de juego.
"Bueno, me siento bien. Obviamente que esto no es lo que quiere ningún futbolista, pero bueno, gracias a Dios no había tenido nunca en mi carrera ninguna lesión. Nunca he estado parado tanto tiempo. Ni poco tiempo, tampoco, la verdad; así que, bueno, son cosas que pueden pasar. Ya estamos acá en recuperación para cuanto antes poder estar de nuevo jugando y estando a la par de mis compañeros", explicó Guido Rodríguez en una entrevista en 'Hora Betis', programa de Betis TV.
"La lesión fue en una jugada bastante rápida: estaba frenando, era una jugada en la que yo estaba corriendo contra la línea, quise dar un pase como para el costado y giré mal el cuerpo, me quedó un poco trabado el pie de apoyo, que era el derecho, y creo que ahí fue cuando me quedaron los dedos del pie en el piso y el talón en el aire. Ahí noté como que me giraba el talón en el aire y escuché el ruido. La gente que estaba cerca me dijo que también escuchó el 'crack' del hueso. Y así fue, una jugada solo, como suele pasar en estos casos", añadió en tono descriptivo rememorando esos segundos en el que todo se detuvo.
Desde el primerísimo instante, Guido se dio cuenta de que la lesión era grave: "Sí, sí, en el momento. Sentí ese ruido. Lo escuché y lo sentí también adentro. Ahí la verdad es que sí me dio bronca, después sabía que quería pensar en positivo cuando estaba haciendo los estudios, que fue ahí mismo. Pero bueno, yo internamente también sabía que algo había porque yo había escuchado eso y si escuché ese ruido por algo es. Pero bueno, al final de cuentas, dentro de lo malo de la lesión, fue bastante leve en lo simple que había en el tobillo y en el hueso. Así que bueno, por ese lado también contento y agradecido".
"Todavía no me han puesto un plazo. Los doctores me habían dicho entre dos y tres meses, pero yo todavía no me puse el plazo porque es todo muy reciente y lo que dicen siempre después de las operaciones es que lo más importante es que los puntos cicatricen bien. Que se cierre bien la herida y, a partir de que la cicatriz, cuidarla. Eso no depende tanto de mí. Luego, cuando esté bien cerrada y empiece a depender un poco de mí, ya sí poner plazos y empezar a hacer trabajo en el gimnasio. A partir de ese momento de que la cicatriz esté cerrada me voy a poner el plazo y decir, bueno, de acá a tantos días ya tengo que estar entrenando al menos con el equipo, creo que va a ser a partir de eso", pronosticó, desde el desconocimiento del que no ha tenido que recorrer nunca esta oscura senda.
El futuro, ahora mismo, pasa a un segundo plano. Ahora, sólo le importa el plano médico, físico y, sobre todo, el proceso mental: "Creo que es bueno estar bien de la cabeza. Por ahora estoy bien, estoy tranquilo. Obviamente me gustaría poder estar con mis compañeros, pero bueno, cada tanto voy al club, me revisan la herida, me la limpio, me hacen un poco de tratamiento... y ahí veo a los chicos, veo la dinámica del día a día... Eso está bueno para mí. Hay que estar fuerte de cabeza, al final esto son cosas de la vida por las que hay que pasar. Seguramente me harán aprender algo y las cicatrices al final muestran que estamos viviendo la vida".