El Real Betis no acusó el desgaste de la eliminación europea pese a salir con siete de los once titulares el jueves y venció este domingo al RCD Mallorca (1-0) para meter presión a la Real Sociedad en la lucha por la cuarta plaza, al tiempo que levanta una muralla para proteger la quinta posición y aumenta su colchón en zona europea con la séptima hasta los nueve puntos a la espera de lo que haga Osasuna.
El equipo verdiblanco ejerció un dominio abrumador de la posesión no traducido en ocasiones. Armaba largas circulaciones de un lado a otro, intentando mover la ordenada defensa del Mallorca, que esperaba en bloque muy bajo con dos líneas de cuatro entre el portero Rajkovic y el delantero Muriqi. Para ello, (aunque cambiaron roles con cierta frecuencia) un vigiladísimo Canales bajaba mucho a recibir y un liberado Rodri esta vez caía al costado izquierdo, dejando a Ayoze como segundo punta, escalonado con Borja Iglesias buscando generar superioridades con su movilidad e intentando beneficiarse de la enorme capacidad de esfuerzo del Panda para bajar balones, recibir de espaldas, fijar centrales e intentar generar espacios.
Muy poco del Mallorca en ataque antes y después del 1-0, del Panda pero nacido en una gran acción de Sabaly. Los baleares intentaban salir a la contra, pero la defensa del Betis replegaba bien con Guido y Guardado pasando la escoba con determinación y con gran seguridad en los centrales pese a jugar muy lejos de su portería. Javier Aguirre intentó reaccionar con un triple cambio y dos más antes del 76', pasando a defensa de cuatro, adelantando líneas y jugando con dos puntas, Kadewere y Muriqi (luego Abdón). Manuel Pellegrini respondió reforzando la medular con la entrada de William Carvalho por Ayoze y metiendo amenaza a la contra con el oportunismo de Juanmi, por Rodri. Joaquín, Víctor Ruiz por un tocado Pezzella y Willian José fueron el resto de cambios del chileno.
Así jugaron, uno a uno, los futbolistas alineados por Manuel Pellegrini en el encuentro disputado este domingo en el Benito Villamarín entre Real Betis y RCD Mallorca, correspondiente a la jornada 26 de LaLiga en Primera división.
Seguro en las salidas y concentrado todo el partido pese a ver casi siempre de lejos el balón. Sin trabajo alguno, aunque para el árbitro hizo una buena parada en el 79' al disparo cruzado de Kadewere -las imágenes revelan que no la llega a tocar aunque fuese córner-.
Firmeza espartana en su carril, dominador en balones divididos y con inteligencia táctica para saber cómo y dónde situarse. La profundidad del Betis llegaba casi siempre con internadas de Miranda y al senegalés le tocaba cerrar, pero el partido se abrió con un atrevido zurdazo desde lejos que desvió Borja y casi mete en el segundo una jugada de malabarista: finta con un movimiento de cadera propio de bailarín, dejó una pisadita, un reverso y un cambio de pie para culminar con un zurdazo atrapado por Rajkovic.
Sumaba cinco partidos seguidos jugando los 90 minutos y no se le notaba fatigado, pero acabó pidiendo el cambio en el 83' por molestias. Partidazo hasta entonces: midió muy bien los esfuerzos, corrigió con solvencia, ganó duelos, no se complicó y, dado lo retrasadas que estaban las líneas del Mallorca, se atrevió con relativa frecuencia a salir desde atrás en conducción. Si sus molestias se lo permiten, el campeón del mundo se irá con Argentina durante el parón a un gran nivel.
Partido muy solvente en su segunda titularidad seguida después de un mes sin jugar. Muy seguro con la pelota, impuso sus centímetros en los centros al área del Mallorca. Siempre bien colocado, empezó de central zurdo y acabó en el perfil diestro después de que Víctor Ruiz entrase en lugar de un fatigado Pezzella.
No llega aún al altísimo nivel que exhibía Álex Moreno, pero ha dado un enorme paso adelante y cada día logra ser más profundo. Hizo muchos kilómetros en un ida y vuelta constante Lo intentó en el minuto 16 con una jugada muy típica del catalán: rápido desmarque-sorpresa al área con pase de Canales por encima de la defensa. El lateral zurdo del Betis logró conectar el remate, pero su volea -muy encimado por Maffeo- se perdió demasiado arriba. En el primer año de Pellegrini, ya se hizo con la titularidad por delante del ahora jugador del Aston Villa. Quizás asumió con demasiada displicencia su suplencia. Ahora, el héroe de la Copa de 2022 vuelve a sentirse importante y su confianza se hace notar sobre el tapete.
Otro al que le estaba costando encontrar regularidad y llega al parón en línea ascendente. Elemento diferencial para mantener el equilibrio en un equipo que cuando no estuvo a su máximo nivel se partía hasta el punto de marcar mucho y encajar mucho. Perfecto en la colocación y con un don especial para la recuperación, el tipo de encuentro le empujó a demostrar también sus dotes con el balón, más allá de su conocido desplazamiento en largo.
Ejerció su condición de capitán con tanta vehemencia que, después de ser advertido varias veces por Pizarro Gómez para que rebajase la intensidad de sus protestas, acabó viendo amarilla (tenía razón, porque no era córner) que es la quinta y deberá cumplir ciclo a la vuelta del parón, en el Metropolitano ante el Atlético. Gran partido en líneas generales, con bravura en la recuperación y acierto en la elaboración. Fue el primero en disparar a portería, pero se le fue rozando el larguero.
Le está costando encontrar la chispa de antes de la lesión. Se hizo con el mando del juego desde el principio, pero le falta un punto o dos, así que le vendrá bien el parón. Comenzó moviendo el juego de lado a lado, bajando mucho a recibir, pero estaba demasiado vigilado y se sintió más cómodo cuando Rodri asumió más protagonismo y pudo ser algo más indetectable. El cansancio le hizo ir de más a menos y perder eficacia en la entrega hasta acabar dejando su sitio a Joaquín.
Se marchó muy cansado después de haber asumido el ritmo de juego durante muchos minutos. Comenzó cayendo a la izquierda, demostrando que se entiende bien con un Miranda al que ayudó a defender, pero sus minutos de mayor brillantez llegaron en el tramo final del primer tiempo, en una posición más internada, asociándose con ritmo y precisión por dentro y desbordando por fuera. Pidió penalti por manos de Nastasic en un control orientado.
Tiene tantas ganas de ser protagonista que incluso sus propios discursos hacen parecer que su rendimiento es peor de lo que en realidad es. Es muy inteligente para detectar los espacios y con libertad genera muchos problemas por su capacidad de jugar casi en paralelo con Borja, recibir entre líneas o caer a banda. Tras un gran recorte en el que se fue de dos, lo intentó con un zapatazo que dio en la espalda de Nastasic y asistió en un disparo centrado de Borja antes de dejar su sitio a Carvalho.
Raillo parecía pegado con velcro a su espalda y si se despegaba llegaban rápidamente Gio y Nastasic. Se fajó en el cuerpo a cuerpo intentando dar opciones a su equipo en una larga fase de dominio sin inspiración en los últimos metros. Parecía el enésimo partido de mucho trabajo y pocas ocasiones, pero el destino le devolvió uno de los goles que le debe y desvió un zurdazo de Sabaly para dar los tres puntos al Betis. Tuvo una más, tras descolgarse a banda izquierda y recibir de Ayoze, pero Rajkovic atrapó sin apuros. Se marchó ovacionado en el 92'. Se dejó la piel, pero disfrutó.
Salió con sólo cuatro cambios con respecto al once del jueves ante el Manchester United, pero con un plan muy claro para imponer su teórica superioridad a base de someter con el balón a un rival que ya sabía que iba a estar muy cerrado atrás con mucha gente en bloque bajo. Su equipo tuvo el balón desde el principio pero sigue falto de inspiración arriba. Sólo tuvo dos o tres ocasiones claras, aunque acabó decantando la balanza. Reaccionó bien a los cambios ofensivos de Aguirre, reforzando el centro del campo, cerrándose y durmiendo el partido sin renunciar a salir en transiciones rápidas atacando los espacios que el Mallorca ya se veía obligado a dejar.
Salió para reforzar el centro del campo y tener el balón ante la previsible fogosidad del Mallorca tras el cambio de sistema posterior al 1-0.
Salió con energía, con ganas de presionar y tirar desmarques de ruptura, pero pronto se dio cuenta de que el partido pedía calma y ritmo bajo, así que se adaptó.
Suplió a Pezzella a falta de cinco minutos para el final y se mostró solvente. En su mejor acción cerró muy bien ante Kadewere, achicándole espacios a pesar de la rapidez del atacante y de que el catalán acababa de salir.
Ovacionado por el Benito Villamarín a su salida en lugar de Canales, se situó en la derecha, pero se asociaba por dentro para mantener la posesión y dejaba espacios para las carreras de Sabaly, que seguía corriendo como si fuese el minuto 5'.
Entró ya en el segundo minuto de añadido por Borja Iglesias y apenas le dio tiempo a entrar en contacto con el balón.