El Real Betis demostró el pasado jueves que no sólo no teme a la poderosa y rica Roma, sino que es capaz de ganarle en su propia casa. La frustración que le produjo la derrota acabó con uno de sus primeros espadas, la joven perla italiana Zaniolo, en la caseta, después de dar una patada sin balón tan incomprensible como absurda.
Pero en un equipo de este potencial siempre hay armas y recursos para sustituirlo, sobre todo porque la gran estrella es un Paulo Dybala que, como se vio ante el Betis, está a un nivel superlativo incluso jugando tocado o recién salido de lesión.
Sin embargo, el argentino tampoco estará en el Benito Villamarín. En el duelo liguero ante el Lecce, Dybala fue el encargado de lanzar el penalti con el que la Roma ganaría (2-1) el partido, pero se lesionó al hacerlo y José Mourinho tuvo que sustituirlo por Nemanja Matic dos minutos después.
La cara del internacional argentino no hacían presagiar nada bueno. Se especulaba con que difícilmente podría estar recuperado para jugar cuatro días después en Sevilla o que, incluso, el técnico portugués de la Roma no arriesgaría dado el cúmulo de lesiones que arrastra, pero según las primeras sensaciones todo podría ser peor y dejar a Dybala sin el Mundial de Qatar 2022.
"¿Cómo está Paulo? Digo mal para no decir muy mal. Hablé con el doctor y con el jugador, según mi experiencia va a ser difícil volver a verle con la Roma antes de 2023″, indicaba Mourinho al término del partido, quien quería aclarar que sólo eran sensaciones y que había que esperar al dictamen de las pruebas médicas. "No soy médico y no he hablado con un médico, pero puedo decir que es difícil. Incluso hablando con Paulo no tengo buenos sentimientos", añadía Mou, quien no aclaró si es que no podría regresar antes de 2023 porque sería baja hasta que empiece el parón a principios de noviembre o porque definitivamente se pueda caer de la lista de Argentina para Qatar 2022.
Lo que dejó claro es que el futbolista no había forzado, como tampoco hizo ante el Betis, cuando también fue duda. Y que no ha sido una recaída de sus problemas. “No tenía ningún problema. No sé quién ha escrito eso. Si un futbolista no está al 100% conmigo no juega. Paulo estaba bien”, significaba el preparador de la Roma, quien tiene al argentino como su pieza clave. No en vano, en menos de dos meses de competición, Dybala lleva siete goles en once partidos y había marcado en sus cinco últimos disputados.
Ante el Real Betis será una baja sensible para un encuentro que Mou calificó de final, incluso, para poder luchar por la segunda plaza de su grupo -la primera la ha descartado- de la UEFA Europa League y en el que tendrá que intentar sacar algo positivo muy mermado en ataque.