La Superliga sigue viva. Si bien desde hace algún tiempo se habla menos de ella, la realidad es que se ha seguido trabajando en la sombra para darle forma atendiendo a lo expresado por numerosos clubes. Más claro: la idea de base gustaba, pero el modo de llevarla a cabo no, por lo que el proyecto de A22, en el que el Real Madrid y el FC Barcelona son sus cabezas visibles, se ha adaptado hasta dar un enorme paso al frente. Lo explicamos.
Entendiendo que era imposible que esta nueva competición viese la luz sin el apoyo de la mayoría, los organizadores se han entrevistado con más de un centenar de clubes para palpar de primera mano qué piensan; informa Mundo Deportivo. De tales encuentros se ha llegado a la conclusión de que la meritocracia es la principal preocupación, llegándose a la conclusión de que sería necesario que los campeones de las grandes ligas tengan acceso de forma directa a la competición top; es decir, que si el Olympique de Marsella sale campeón en Francia se clasifique para la máxima categoría.
Tal petición chocaría con lo que hasta ahora se entendía como una competición semi cerrada. El formato que se presentó en su día estipulaba que habría una primera división de 16 clubs top (Star League) en la que estarían los mejores de las cinco grandes ligas europeas (España, Inglaterra, Italia, Alemania y Francia) y otros de Portugal o Países Bajos. Luego, otros 16 equipos formarían la Gold League y para terminar habría 32 dando forma a la Blue League, de la cual bajarían 20 al año. En las dos primeras divisiones habría ascensos y descensos, pero únicamente de dos clubes.
Aunque no hay nada oficial, ya está debatiendo en el seno de A22 si sería posible contentar a esos clubes que piden que la meritocracia rija gran parte del acceso al torneo. Desde la organización entienden que el proyecto presentado en un primer momento no es en caso alguno inamovible, por lo que están abiertos a cambios sustanciales. Es justo este buen talante el que ha provocado que ya sean unos 60 clubes los que han mostrado su predisposición a formar parte del proyecto. Exacto, se ha pasado del rechazo masivo a un apoyo nunca visto antes.
Otro punto clave es cuándo se jugarían los partidos. En un primer momento se habló de que los choques tuviesen lugar durante el fin de semana, lo cual golpearía enormemente a las competiciones nacionales. Ya es seguro que no será así. La Superliga se jugaría entresemana y ahora lo que se discute es si es posible reducir el número de partidos. En un primer momento era necesario que un equipo jugase hasta 19 partidos para proclamarse campeón. Dada la saturación del calendario, se estudia la manera de que haya menos partidos para así también captar el apoyo de los futbolistas.