Se está hablando poco, pero no por ello deja de ser duro. El FC Barcelona hizo un enorme esfuerzo económico el pasado verano y de cara al que se acerca quería repetir. ¿Qué ocurre? Que se acerca la fecha y cada vez parece más complicado –casi imposible–.
En la entidad de la Ciudad Condal contaban en primer lugar con ingresar mucho dinero en Champions League; tanto es así que tenían presupuestado alcanzar al menos los cuartos de final. Como todos sabemos, no solo no llegaron a esa instancia del torneo, sino que cayeron en la fase de grupos. El golpe, contando llegar a los mencionados cuartos, supera los 30 millones de euros.
Para un equipo como el Barça eso debería suponer un revés, pero no uno ineludible; la cuestión es que no es un problema aislado, sino que se suma a otros muchos. Por un lado tenemos que tienen sobrepasado el límite salarial en más de 200 millones de euros, y por otro que la idea de vender jugadores parece difícil que cuaje, ya que aquellos por los que podrían hacer caja –Ansu Fati y Ferran Torres sobre todo– se niegan a salir.
Ante tal escenario, y sin la posibilidad de activas más palancas –en el presente están pagando las del curso pasado–, en la dirección deportiva culé han entendido que es el momento de ser realistas y ceñirse a un plan B que, siendo menos lujoso, al menos sí apunta a ser viable. ¿De qué hablamos? De acometer la mayoría de fichajes a través de jugadores que concluyen contrato con sus actuales equipos.
En esa línea se mueven futbolistas como Ilkay Gundogan, con quien ya han negociado incluso un contrato de dos temporadas, y otros como el que desvela ahora The Telegraph, medio que apunta el nombre de un delantero marfileño de 30 años con experiencia contrastada. ¿A quién nos referimos? A Wilfried Zaha.
El atacante del Crystal Palace finaliza su contrato el 30 de junio y ya ha comunicado a la entidad londinense que desea comenzar una nueva aventura; es más, según el citado medio, ha recibido muchas ofertas pero las ha ido dejando en stand by a la espera de poder cerrar un acuerdo con los azulgrana, quienes serían su primera opción.
Que el Barcelona opte por jugadores de bajo coste dice mucho de la situación límite en la que se encuentra, pero la cosa es que esta no atañe solo al apartado financiero, sino también al de toma de decisiones en la parcela deportiva de fichajes. Mateu Alemany, el director deportivo que llegó de la mano de Joan Laporta, se marchará al Aston Villa a final de campaña, mientras que Jordi Cruyff se está planteando igualmente su futuro en las oficinas. Sí, van a ganar LaLiga, pero tienen que despejar muchos nubarrones para que no se convierta en una alegría demasiado efímera.