El verano se le ha hecho muy largo al capitán que levantó hace cinco meses el último título del Athletic Club, pero por fin está a punto de firmar un contrato para emprender una nueva aventura en su carrera deportiva. El mercado de fichajes se cerró en Europa sin que Iker Muniain cerrase un nuevo destino y en Bilbao se está siguiendo con mucha atención todo lo que depare su futuro a corto plazo. En la capitán vizcaína hay expectación, pero no tanto como en Argentina, donde se ha desatado una auténtica locura. El futbolista navarro ya viajó la semana pasada al país suramericano, donde dio por cerrada las eterna espera a River Plate y abrió opciones con otros clubes, entre ellos el Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Pese a que, tres días después, volvió a casa sin llegar a ningún acuerdo, este miércoles ha vuelto a aterrizar en un país que le ha recibido como un héroe.
"Llego ilusionado y optimista como siempre, va todo muy bien con San Lorenzo y estamos aquí para ver si se puede cerrar ya. Estoy muy feliz de estar de nuevo acá", respondía a duras penas Muniain, ante las cámaras que le esperaban en el aeropuerto de Ezeiza, donde apenas conseguía dar dos pasos seguidos en medio del fervor del gentío que abarrotaba los pasillos de la terminal de manera incluso agobiante, a pesar de los esfuerzos por abrir camino del personal que el club argentino envió para darle la bienvenida, recogerle y llevarle hasta el centro médico para pasar el último trámite previo a su fichaje.
"Va todo bien. A ver si se puede dar", repetía Muniain, dejando claro que a pesar de haber viajado para someterse al preceptivo reconocimiento médico, aún no sabe si podrá firmar por San Lorenzo o no, pues para poder inscribirle el Ciclón debe solucionar previamente sendas inhibiciones que mantiene en la FIFA con Fabricio Formiliano y Cristian Zapata. Las cantidades son menores y apenas rondan los 200.000 euros cada una, pero no es la primera vez que el club azulgrana tiene retrasos en las incorporaciones debidos a este tipo de cosas. Ya hace poco tuvo que solucionar un montante de 3 millones para poder registrar a sus primeros refuerzos, pero el entrenador Leandro Romagnoli aseguraba que "todo está confirmado".
Más allá de ello, existe un acuerdo total en los términos económicos y en la duración del contrato, que será de una temporada y media, hasta diciembre de 2025, aunque con sendas cláusulas liberatorias en diciembre de este mismo año y en junio del que viene -es decir podría salir en cualquiera de los tres próximos mercados-. De este modo, Muniain conseguirá su anhelada oportunidad de conocer de cerca el fútbol argentino, que siempre le ha apasionado y le ha llamado la atención como potencial destino en caso de decidir algún día salir del Athletic. Europa no podía ser y España aún menos, porque no podría enfrentarse a sus leones. Del Athletic Club, al Club Atlético.