José Antonio Rivero3 min lecturaJoana Sanz, conocida modelo y empresaria, ha sido el foco de atención en numerosas ocasiones debido a su relación con el futbolista Dani Alves. Sin embargo, en medio de la atención mediática que la rodea, sus recientes declaraciones en redes sociales han suscitado controversia y críticas.
En una publicación en la plataforma Threads, un nuevo espacio propiedad de Mete y ubicado dentro de Instagram, Joana Sanz expresó: "Ahora mismo me encantaría que me jalaran del pelo y me empotraran contra la pared. Renovaría energías". Estas palabras, dadas las circunstancias relacionadas con la condena de Alves por violación, generaron un intenso debate sobre la sensibilidad y la idoneidad de sus comentarios.
Ante la reacción pública, Joana Sanz no tardó en defenderse, utilizando nuevamente las redes sociales para expresar su punto de vista. En un video compartido en Instagram, expresó su frustración por la constante asociación de sus publicaciones con la situación judicial de su pareja. "Me parece alucinante que cada cosa que diga o haga tenga que estar justificando... No nos hagamos las puritanas ahora", declaró.
La modelo canaria insistió en separar su vida personal de la situación legal de Dani Alves, enfatizando que sus comentarios eran sobre sus preferencias personales y no estaban destinados a relacionarse con el caso judicial. "Estoy hablando de lo que a mí me gusta, cada uno en su intimidad y dentro de un respeto que haga lo que quiera", afirmó. Sin embargo, sus explicaciones no lograron calmar por completo la polémica.
La controversia surge en medio del contexto legal en el que se encuentra Dani Alves, quien ha sido condenado a cuatro años y medio de cárcel por agresión sexual. La sentencia establece que la agresión ocurrió en una discoteca de Barcelona y subraya la ausencia de consentimiento por parte de la víctima. A pesar de la condena, la defensa de Alves ha anunciado planes para apelar la sentencia, sosteniendo su inocencia.
El caso de Joana Sanz y Dani Alves refleja la complejidad de la vida pública y la intersección entre la esfera personal y la atención mediática. Las palabras y acciones de las figuras públicas están sujetas a un escrutinio constante, y la sensibilidad en torno a temas delicados como la violencia de género requiere una mayor consideración y responsabilidad. En última instancia, la controversia destaca la importancia de abordar estos temas con empatía y respeto hacia todas las partes involucradas.