Son dos las causas abiertas de Luis Rubiales con la justicia, uno por negocios supuestamente ilícitos y otro por el beso no consentido a Jenni Hermoso tras la victoria en el pasado Mundial de Sídney. En lo que a la segunda causa se refiere, el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se enfrenta a una petición de dos años y medio de cárcel por delitos de agresión sexual y coacciones a la internacional española, habiendo pedido ahora que sus dos hijas testificasen en el juicio.
Rubiales solicita la declaración de sus hijas en el escrito presentado por su defensa a la Audiencia Nacional, en el que también pide que en el juicio se incluyan distintas pruebas periciales de lectura de labios y de análisis de comunicación no verbal y de lenguaje corporal.
Todas estas peticiones de la defensa del expresidente de la RFEF son para mantener su teoría, la cual recoge el escrito de la defensa, que el beso habría sido consentido y que la campeona del mundo en ningún momento fue presionada por Rubiales para que apoyase la versión del por entonces más alto cargo de la Federación.
Luis Rubiales mantiene que, tras abrazarse y besarse en la mejilla, él le preguntó si le podía dar "un besito" y ella contestó "vale". Cuando lo hizo, añade, ella no mostró "rechazo, incomodidad o contrariedad".
Lo define como "una manifestación de euforia, de máxima alegría y satisfacción" por el triunfo en la Copa del Mundo y añade que no hubo en su conducta "ningún ánimo sexual o libidinoso".
Por todo esto, la defensa de Rubiales solicita que suban al estrado varios peritos que ellos proponen, entre ellos de la Agrupación de Personas Sordas de Granada y provincia (ASOGRA), para que acrediten o amplíen el informe que han hecho mediante lectura de labios sobre lo que se dijo durante la entrega trofeos.
El otro gran argumento de la defensa es que no se coaccionó en ningún momento a Jenni Hermoso, ni tampoco ordenó a nadie que lo hiciera, algo por lo que también serán juzgados Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera, exseleccionador nacional del equipo femenino, exdirector deportivo de la selección masculina y antiguo responsable de Marketing de la RFEF, respectivamente.
Rubiales quiere que sus hijas testifiquen porque estuvieron presentes en la final de Sídney y viajaron en el avión de vuelta a España junto a las jugadoras y miembros de la RFEF. Además, la defensa también solicita que declaren la propia Jenni Hermoso, Alexia Putellas, Irene Paredes, Laia Codina y el seleccionador masculino, Luis de la Fuente.