Una vez más, el mundo del fútbol vuelve a dejar una imagen lamentable y despreciable que no hace más que manchar el deporte. Esta vez, Raphinha y su familia han sido víctimas de amenazas de muerte y de insultos racistas después del conflicto que el capitán culé tuvo después del choque ante el Benfica en el Estadio da Luz en Lisboa. La pareja del futbolista, Natalia Rodrigues, ha denunciado a través de su cuenta en Instagram la cantidad de mensajes que ha recibido, entre los que se podían leer algunos amenazando de muerte a su hijo Gael, de apenas dos años: "Dios es grande y se llevará a este p... de tu hijo muy pronto".
Otros mensajes se cebaban con Raphinha, al que atacaron simplemente por su color de pie: “El puto mono morirá en el campo si Dios quiere”. O, incluso, ella misma que, al igual que su hijo, no tienen nada que ver con el conflicto que tuvo Raphinha en el partido de Champions, también recibió graves descalificativos: “Puta brasileña, esposa de un mono”, era uno de los mensajes directos que ha recibido en su red social. Otro le decía “aquí en Londres cuestas 50 libras… Hija de p…, vieja brasileña”.
Todos los mensajes, tan bochornosos todos, circulan en la misma línea: machismo y racismo, acompañados de amenazas contra la integridad física de la familia. Algo totalmente deleznable que, desgraciadamente, es el pan de cada día en las redes sociales para los personajes públicos. El anonimato en las redes sociales permite que la gente haga estas cosas de manera impune porque, en la captura de los mensajes que ha compartido Natalia Rodrigues, se aprecia que uno de estos cafres que la insulta, no tiene puesta imagen de perfil.
También ponían en duda la paternidad de Raphinha, en un nuevo ataque a su pareja, más que a él: “Tu hijo es de Koundé”, se podía leer en uno de los mensajes. Natalia Rodrigues acumula más de medio millón de seguidores en Instagram, dado que es influencer y se dedica a las redes sociales de manera profesional, y su denuncia ha hecho que los autores de esos comentarios haya desaparecido de la red social, borrando sus cuentas. El mensaje de la pareja de Raphinha finalizaba asegurando que esos solo eran una pequeña muestra de la enorme cantidad de mensajes que ha recibido.
Todo ello, sumado a que Raphinha jugó en el Sporting de Portugal dos temporadas, rival del Benfica, caldearon el ambiente y, lo que empezó en el campo, continuó en el túnel de vestuarios, donde hasta agente de policía tuvieron que intervenir para separar a ambas partes. El choque quedó ahí, aparentemente, porque resulta que la pareja del capitán del Barça es quien ha tenido que pagar los platos rotos de una discusión sobre el terreno de juego.