Jairo Ruiz López (Almería, 26 de noviembre de 1988) se retiró el pasado mes de octubre de la competición. No por ello deja el deporte ni mucho menos. El superhombre almeriense, conocido por sus proezas como triatleta, recibe a ESTADIO Deportivo desde un gimnasio. Con la mejor de las sonrisas, pide paciencia hasta llegar a un lugar donde nadie les moleste. Al parecer no quiere obstáculos -una paradoja de la vida-, aunque nunca le importaron. Así, de una carrera que comenzó como nadador, se despidió por todo lo alto muy cerca de su tierra, en Torremolinos, donde logró el bronce Relevos Mixtos del Campeonato del Mundo de Paratriatlón. Los de París fueron sus últimos Juegos Olímpicos.
- ¿Temió por la clasificación para París?
- Sí, precisamente en el 2024. Nuestra clasificación empezó en el 2023. Y empezó muy bien para mí, haciendo pruebas de Copa del Mundo. Que puntúan un poquito menos que las series mundiales. Pero son las pruebas en las que yo, en este momento, podía conseguir más puntuaciones. Me encontraba mejor precisamente por mi nivel de forma. Me fui a Los Ángeles y quedé segundo. En Coruña también creo que en la primera de ellas quedé puntuable. También quedé segundo. Entonces empezó todo muy bien.
Luego ya cuando el Campeonato de Europa en Madrid, que llegué muy bien preparado, se canceló por climatología. Tuvimos que hacer duatlón. Eso ya me penalizó mucho. Puesto que era un evento que valía muchos puntos y yo competía solamente contra rivales europeos. Pues claro, es mucho más sencillo conseguir una buena puntuación si me quito a todos los de fuera de Europa. Esa prueba no sirvió para puntuar. Porque, como digo, se hizo duatlón. Entonces no puntuaba. Y ya ahí se empezó a complicar la cosa. Tuve que irme a la temporada siguiente a Australia. Bueno, empezar a viajar mucho más de lo previsto. En pruebas de mucho más nivel. Ya series mundiales. Ya los resultados no eran los que yo esperaba.
Y hubo un momento que se empezó a complicar mucho la cosa. Sobre todo porque mis dos rivales más directos sí que empezaron a hacer pruebas muy, muy bien. De hecho, mejor que nunca. Consiguieron encontrar su mejor nivel de forma en ese momento. Hicieron perfecto su trabajo. Hicieron lo que había que hacer: ganaron dos pruebas seguidas. Y bueno, la verdad es que me complicaron mucho la situación. Hasta la última prueba en Canadá que volví a subir al podio en una serie mundial. Y eso me pegó el empujón definitivo para aspirar a esa invitación que finalmente conseguí.
- ¿Cómo vive sus últimas Olimpiadas?
- He vivido tres Juegos. Y los tres Juegos han sido totalmente diferentes unos de otros en cuanto a mi enfoque. Los primeros de ellos en Río. Yo iba como un novato. Le costó mucho la clasificación. Sin, digamos, aspiraciones a nada. Yo iba a hacer la mejor carrera posible como todos los que estábamos allí. Pero realmente en mi cabeza no entraba el subir al podio. Sin embargo, salió una carrera perfecta y ahí se consiguió.
A los Juegos de Tokio ya fui con un poco la presión y la perspectiva de uno de los grandes favoritos a nivel mundial después de llevar un par de años haciendo podio en prácticamente todas las pruebas que competía. Sin embargo, salió una prueba horriblemente mala. Creo que ha sido la peor carrera de mi vida. Y quedé penúltimo, parece. O sea, quedé muy mal.
Y en estos últimos la clasificación más dura de todas porque el nivel de la categoría subió muchísimo y mi nivel bajó. Se juntaron las dos cosas. Y una vez que conseguí la clasificación yo fui allí ya también con la tranquilidad de que sabía que no podía estar aspirando a ganar la prueba. Tenía que haber prácticamente una hecatombe con los restos de rivales para que yo pudiera estar aspirando al podio. Porque después de lo visto durante todo el año y lo que hemos hablado de mi poco entrenamiento poco entre comillas, pero comparado con el del resto, mi poco entrenamiento pues iba un poco a disfrutar de la que sabía que era mi última gran prueba.
- Se ha hablado mucho del ambiente de París...
- Un ambientazo que hubo por todas las calles de París fue espectacular. La organización fue fantástica. Y pese a los problemas del río que se estaba sucio, que se estaba limpio se retrasó la prueba un día bueno, incertidumbre y esas cosas. Yo lo disfruté muchísimo y lo vivir desde otra perspectiva.Desde la que intenta ganar intenté ayudar a mis compañeros todos los días previos que estuvimos en la villa, lo máximo posible a que estuvieran tranquilos, a que pudieran entrenar bien. A darle todo el apoyo que pude al resto de compañeros del equipo. Y lo viví, como digo, los tres juegos de tres formas muy diferentes.
- Algo polémico fue el estado del Río Sena. ¿Fueron momentos delicados?
-Yo siempre he sido una persona muy optimista en ese sentido. Al final son decisiones que no son nuestras. El río en ningún momento parecía peligroso en cuanto a que dijeras es que si me meto ahí me va a pasar algo. El río no daba sensación de que le pasara nada. Obviamente las bacterias no se ven, son microscópicas. Pero el río no olía mal, no se veía sucio, no tenía nada extraño. Entonces, yo no tenía ningún problema, la verdad.
Si me decían que había que nadar, yo iba a nadar. Si me decían que no se nadaba, tampoco dependía de mí. Si era corriente a favor, corriente en contra. Al final son decisiones que no dependen de los deportistas. Nosotros no podemos hacer absolutamente nada ahí. Todos tenemos que competir en las mismas condiciones. Así que siempre lo he enfocado de una manera muy positiva en las pruebas que finalmente se ha cambiado triatlón por duatlón, o se han modificado las distancias. La verdad es que ese tipo de cosas a mí no me suelen afectar.
- ¿Con qué se queda de toda su experiencia olímpica en estos años?
- Sin duda, con la gente. Con la cantidad de gente que he podido conocer y que me quedo para siempre, para toda la vida. Y sobre todo porque han sido personas que he conocido en momentos, tanto para ellos como para mí, muy importantes. Momentos que realmente tenían mucho carácter. Algo que nos marcaba personalmente a cada uno de nosotros. Incluso hablo de técnicos, entrenadores, oficios.Pero para alguien que es entrenador, ser entrenador en unos juegos también es el mayor logro. Entonces todos los que estábamos allí estábamos viviendo aquello con las emociones a flor de piel y con una emoción y un cariño muy difícil de explicar. Entonces toda esa gente que he conocido en estas tres ediciones y en el camino para llegar hasta allí es con lo que me quedo.