Su
extraordinaria temporada
18/19 con la camiseta del
Real Betis propició que sólo permaneciera un año en Heliópolis, donde completaron un negocio redondo. Fichado a
coste cero tras acabar contrato en el
Espanyol,
Pau López fue traspasado
a la Roma por 23,5 millones de euros en efectivo y otros 6,5 en especie (el
50% restante de la ficha de
Sanabria), hasta completar los
30 kilos que fijaba su
cláusula. El propio guardameta perdonó alguna cantidad pendiente y renunció a primas, haciéndose cargo la entidad 'giallorrosa' de otras
comisiones para agrandar el premio para los verdiblancos, que han visto, no sin cierto
asombro, cómo el gerundense acumuló críticas
negativas desde entonces.
Históricos ex futbolistas del club italiano cargaron duramente contra el portero, que acusó alguna
lesión inoportuna y el parón por el
coronavirus, afectando todo a su rendimiento, irregular y con picos muy buenos... y muy malos. Sus
pifias, como una en el
derbi ante la
Lazio, le condenaron antes de tiempo, mientras que la crisis heredada de la emergencia sanitaria en el mundo impidió a la entidad capitalina
recuperar su enorme
inversión. Después de dos cursos discretos allí, con rumores constantes en cada ventana, tanto de regreso a
LaLiga como a la
Premier (ya estuvo en el Tottenham, que llegó a ofrecer al Betis una buena cantidad cuando
Serra, Haro y Catalán se adelantaron a todos hace casi cuatro años ya), el
Olympique de Marsella apostó en serio por el todavía joven futbolista (
26).
Cedido a las órdenes de
Sampaoli, con una opción de compra cifrada en
12 millones de euros, Pau López acumula méritos que pronto provocarán que esa operación derive en una obligación, pues está a siete partidos de los 20 recogidos en el contrato para que los de la Costa Azul deban adquirir su pase definitivamente. Esta noche en Lyon (20:45 horas) podría disputar su encuentro
número 14, pues ha encontrado la regularidad en el
Vélodrome, a pesar de la fuerte competencia del veterano
Mandanda. El de Girona ha sido
indiscutible en Europa League (360 minutos de otros tantos posibles), perdiéndose de la
Ligue 1 las dos primeras jornadas por una lesión en un hombro, siendo suplente en la 4ª y la 13ª. Siete porterías a cero avalan su buen trabajo, del gusto de su entrenador, entre otras razones, por su fenomenal
juego de pies.
En el último episodio de '
Objectif Match', transmitido en Youtube por los medios del club, López explicó que fue su
padre, que se desempeñaba también bajo palos, quien lo empujó a actuar en ese puesto, inspirándose en algunos de sus ídolos:"Cuando debuté en el Espanyol, ??seguía a los porteros de su primer equipo. En ese momento estaba
Christian Álvarez, un argentino, y
Carlos Kameni. También pude compartir vestuario con
Kiko Casilla. Estos cancerberos, por estar en mi club, fueron referentes para mí. Seguí su ejemplo para encontrar mi propia identidad". Durante su entrenamiento 'perico', Pau también se codeó con una leyenda,
Thomas N'Kono, doble Balón de Oro africano. Para que conste, fue él quien hizo que
Gianluigi Buffon quisiera jugar al fútbol, ??después de su memorable
Mundial de 1990.
Ex portero blanquiazul, está al frente de la preparación de sus iguales en el Espanyol desde
2009. En declaraciones a 'L'Équipe', el camerunés se deshizo en halagos hacia el gerundense:"Me impresionó su
talento, la
tranquilidad que desplegaba en todas las circunstancias. Supo sublimarse en los momentos difíciles. Eso fue lo que le dio su fuerza. Y, cuando hubo fuego, mantuvo la calma. Recuerdo en particular un derbi en el Camp Nou donde había mucha rabia contra él. Su
experiencia en Inglaterra le ayudó a adaptarse a Roma y, ahora, a Marsella, a pesar de la
barrera del idioma y otros métodos de entrenamiento".
N'Kono, sin embargo, lamentó su salida del club barcelonés, como mucha gente en Cornellà: "
Lo entrenamos y otros lo aprovecharon". Se refiere a su abrupta marcha del Espanyol, que intentó sin suerte renovarlo durante meses, lo que le costó el ostracismo en su etapa final y pitos de un sector de la grada, que veían una clara diferencia con
Gerard Moreno, el delantero de la selección española, que había abandonado el club el mismo verano que él, pero a cambio de
un cheque de 20 millones de euros abonado por el
Villarreal, no a coste cero.