Suspiraba de alivio Pellegrini en la banda cuando Borja Iglesias hacía el 0-1 a falta de un cuarto de hora para el final. Esa imagen refleja a la perfección la situación de un Betis que se plantó en El Sadar inmerso en una negativa y preocupante dinámica, obligado a frenar la sangría defensiva de las últimas jornadas y a espantar fantasmas del pasado.
La diferencia entre ganar y perder era abismal: quedar a un punto del abismo o auparse al octavo puesto momentáneo. Y el Betis respiró desde una mayor solidez atrás, creciendo a lo largo del partido hasta dar ese paso definitivo al frente que le otorga
tres puntos de oro y la necesaria confianza que este equipo necesita para jugar menos atenazado.
Pellegrini estaba obligado a tocar alguna tecla y lo hizo con una mini revolución en su once, reforzando los costados con
doble lateal, con la entrada de Guardado, de vuelta a sus orígenes, y Ruibal en los extremos, y juntando a Carvalho con Guido en la medular, en previsión de la batalla física que plantearía Osasuna. Todo lo cual, le obligó a sacrificar a piezas ofensivas en un ataque muy renovado,
sin Tello, Joaquín ni Sanabria, lo que concedió una oportunidad a Loren.
El cambio de piezas, pese a todo, no varió el dibujo. Desplegado bajo un 4-2-3-1, en el que Guardado partía desde la zurda y Fekir gozaba de libertad por dentro,
el Betis buscaba taparse más y no dudaba en salir con balones en largo para saltarse líneas y tratar de plantarse en los dominios de Sergio Herrera sin tanta elaboración. Así sucedió a los dos minutos, después de un córner en contra que acabó con un buen cambio de sentido de Loren desde la izquierda y el balón en los pies de
Fekir, que recortó en la frontal y se sacó un duro disparo repelido por el meta rojillo.
Metían miedo los verdiblancos en un partido que nacía siendo un ida y vuelta, como se demostró en el 5’. Esta vez fue Moncayola quien encontró el hueco entre los centrales béticos y
Budimir controló en el área, apareciendo ‘in extremis’ Álex Moreno para abortar su intento de remate en la cara de Joel Robles. Ya se percibía que el Betis podía salir con cierta soltura y generar sensación de peligro, pero el armazón defensivo seguía siendo frágil. Por fortuna,
el VAR apareció en el 13’ para anular por fuera de juego, muy justo, el tanto de Budimir, que recibió, la bajó y remató sin oposición en el área tras una nueva jugada de ataque osasunista que nació con un centro desde la izquierda y tuvo su continuación en otro pase de Roberto Torres desde la diestra.
Con esa doble cara,
los de Pellegrini fueron ganando posesión y elevando su dominio ante un Osasuna reacio a tener el esférico. Y a balón parado, volvió a avisar el Betis a los 22 minutos, tras una falta colgada por Carvalho que acabó en los pies de Guido, cuyo disparo con poco ángulo se fue alto. El mismo destino tuvo en el 27’ e
l centro-chut de Fekir tras un buen robo de Loren y un pase en profundidad del portugués. Pero entre medias, los navarros también mostraban sus clásicas armas: balones largos y centros al área, y los verdiblancos, sus carencias. Así llegó el remate en el primer palo de Enric Gallego, que se encontraba solo y se precipitó, estrellando su disparo en el lateral de la red tras un servicio de Rubén García posterior a la peinada de Budimir.
Con todo, se veía mejoría en un Betis más competitivo, con Fekir más entonado y menos roto en dos gracias a las ayudas defensivas de Ruibal y Guardado en los laterales, donde Emerson y Álex Moreno se proyectaban menos que de costumbre. Pero con eso no bastaba para someter a Osasuna y
sin goles, tras un tramo final del primer acto con menos ritmo, se alcanzaba el ecuador de un partido igualado pese a todo.
Y así continuó tras el descanso, en el que
el miedo a perder de ambos contendientes les impedía liberarse para producir ocasiones de verdadero peligro. Un centro de Guardado que Aridane despejó en el corazón del área, otro mal dirigido de Roncaglia en el área de Joel y paren de contar con media hora por delante. Tocaba decidir: lanzarse a por la victoria o guardar el punto. Y sin locuras, el
Betis dio ese paso adelante, conteniendo bien los cada vez más tímidos escarceos ofensivos de Osasuna y elaborando con criterio en el 64’, de banda a banda, en una larga jugada que acabó con el disparo alto de Aitor Ruibal.
Más cerca estuvo el chut raso de Fekir desde fuera del área tras minutos después, tras una nueva salida de Guardado por banda. Pero Pellegrini no se decidía del todo a soltar amarras. No quería tocar nada el ‘Ingeniero’ y su único cambio, más acertado imposible a la postre, fue dar entrada a
Borja Iglesias por Loren. Hombre por hombre. La teoría de la manta le aconsejaba no desabrigarse e hizo bien el chileno, pese a que los rojillos se desperezaron con un chut desviado de Torres que pilló descolocado a Álex Moreno o un centro lateral que acabó, paradójicamente, en
la contra letal del 0-1 en el minuto 76.Entre Ruibal y Fekir montaron un contragolpe perfecto y en boca de gol,
Borja Iglesias, que inició la jugada con una apertura a banda, remataba a placer para celebrar un gol 11 meses después. El plan había salido perfecto. Y aunque hubo que sufrir merced a un arreón rojillo que dejó un disparo de Torres repelido hasta por dos defensas o un barullo en el área que Joel resolvió lanzándose a los pies de Budimir, los tres puntos volaron hacia Heliópolis. Y al final con cierta holgura gracias a dos hombres de refresco.
Joaquín sirvió un buen centro raso desde la derecha y Miranda acudía al primer palo para hacer el definitivo 0-2 en el alargue. Un impulso moral para un Betis muy necesitado de ella.
FICHA TÉCNICA Osasuna: Sergio Herrera; Roncaglia, Aridane, David García, Iñigo Pérez (Nacho Vidal 80’); Brasanac (Oier 46’), Roberto Torres, Moncayola, Rubén García (Kike Barja 73’); Budimir y Gallego (Calleri 65’).
Real Betis: Joel Robles, Emerson, Bartra, Víctor Ruiz, Álex Moreno, Guido Rodríguez, William Carvalho, Aitor Ruibal (Joaquín 82’), Fekir (Sidnei 92’), Guardado (Miranda 82’) y Loren (Borja Iglesias 71’).
Goles: 0-1 (76’) Borja Iglesias;
0-2 (91’) Miranda.
Árbitro: Hernández Hernández (C. Canario). Amonestó a los locales Aridane, Brasanac e Iñigo Pérez y al visitante Víctor Ruiz.