No se escuchan 'oles' para el
Betis ni resuenan sones al final de La Palmera. No hay balas apiñadas, ni nadie preparado para cantarle su canción. No hay quejío, ni tampoco se ven quiebros y el sendero verde y blanco está desierto, sin un alma, desangelado, como si
Heliópolis fuese el escenario cinematográfico de una ciudad fantasma. El beticismo no vibra con su equipo desde hace casi un mes, el
8 de marzo ante el Real Madrid, y los terrenos de la
Ciudad Deportiva Luis del Sol no han sido pisados por unas botas de tacos desde el día 11, hace tres semanas que se están haciendo muy largas.
En el último partido antes de la obligada cuarentena por la pandemia del coronavirus,
Rubi salió con un once formado por
Joel, Emerson, Mandi, Bartra, Álex Moreno, Edgar, Canales, Guardado, Joaquín, Fekir y Loren Morón; con
Guido Rodríguez, Pedraza y Tello de resulsivos.
Si esta espera se hace eterna para estos 14 futbolistas, aún más desesperación sienten los jugadores verdiblancos que no juegan desde mucho antes. Por el mes y medio parado va ya un
William Carvalho al que esto le hace un flaco favor, pues frena en seco su puesta a punto tras cuatro meses lesionado.
Casi 60 días sin pisar el césped lleva
Barragán y más de dos meses llevan inéditos otros como
Dani Martín, Lainez o un Feddal que, entre rojas y rumores de salida, no tiene minutos desde el 23 de enero.
Pero, para confinamiento, el de Javi García, que no cuenta para Rubi desde esa lluviosa noche del 19 de diciembre ante el Antoniano, y el de Juanmi, sin competir en seis meses.
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