El tiempo suele pasar tan deprisa que no da tiempo a darle a cada vivencia el valor que merece, que uno no tiene margen para pararse a pensar en todo lo que ha sido capaz de conseguir en su vida, para valorar sus éxitos o tomar lecciones de los fracasos. Sin embargo, en el confinamiento actual al que obliga la batalla contra el
coronavirus el tiempo no es problema.
Por ese motivo, aprovechando que tal día como hoy se cumplen
diez años del debut con el Betis de
Sergio León,
ESTADIO Deportivo se pone en contacto con el cordobés para testar sus recuerdos de aquel día para siempre imborrable, hablar con el delantero sobre todas las enseñanzas que le han dejado esta década como profesional en la que ha tenido que luchar muchísimo por poder cumplir sus sueños y, lo que es aún más importante, para cumplir esa promesa que le hizo a su padre.
"Recuerdos tengo muchos, ese día fue para mí muy especial. Para un bético como yo, debutar en tu campo, con tu equipo, con 20 años... Para mí fue lo más grande del mundo. Recuerdo cuando me llamó
Víctor Fernández para salir al campo que me puse muy nervioso. Estaba en la banda y me temblaban las piernas, pero una vez salí al campo se me pasaron todos los nervios", relata el de
Palma del Río a este periódico sobre aquel
27 de marzo de 2010, cuando corría la jornada 30 de Segunda división y el Girona visitaba el estadio Benito Villamarín (0-1). En el minuto 64,
Víctor retiró del campo a
Juanma y en el lugar del extremeño entró, con el '33' a la espalda y entre vítores del beticismo,
Sergio León.
"Tengo el recuerdo de un recorte que hice en la banda que se levantó todo el público. Son recuerdos muy bonitos de cuando debuté y nunca lo olvidaré. Son momentos muy especiales para todo el mundo que de corazón es bético. Igual que muchos que han debutado en el primer equipo como
Fabián, Ceballos o Joaquín en su momento. Para todos los béticos que debutan allí, eso es lo más bonito que existe", explica el ahora jugador del
Levante, quien tras ese debut, tuvo que volver al filial antes de resignarse e iniciar un duro peregrinaje fuera de Sevilla.
En el
Reus se reivindicó con
24 goles en 58 partidos entre 2011 y 2013. Dio un pasito atrás en su fallida experiencia en Murcia (tres encuentros, sin marcar) y recaló en el filial del
Elche, que le cedió al
Llagostera, equipo con el que volvió a brillar con 9 dianas en 35 citas. El conjunto ilicitano le dio la oportunidad y
Sergio León no la desaprovechó: Pichichi de Segunda división con 23 goles (más otro en Copa). Eso le dio, por fin, el billete para poder jugar en
Primera. Lo hizo con la camiseta de
Osasuna, un 28 de agosto de 2016. Por fin recibía el premio a tanta lucha, pero aún quedaba el gran reto: cumplir la promesa que le hizo a su padre, ya fallecido, de jugar en LaLiga en el
Benito Villamarín y con la camiseta de las trece barras.
"
Me alegré tanto por mi padre como por mí. Y no sólo por mi padre, por mi madre también porque son los dos pilares que han hecho que esté donde esté. Mi padre por llevarme a todos los sitios cuando era pequeño y mi madre por ayudar un poco más en la sombra, por llevar el negocio del bar cuando mi padre me llevaba a entrenar. Tanto mi padre, en paz descanse, como mi madre son los dos pilares que me han acompañado desde bien pequeño, me han apoyado, me han ayudado a ser futbolista, una gran persona y son lo más importante que hay en la vidaW, explica emocionado.
El 25 de agosto de 2017 zanjó ese compromiso y lo celebró por todo lo alto, con gol incluido ante el
Celta. Fue uno de los 13 que le convirtieron en el máximo goleador del Betis en la 17/18; logro que no le liberó de seguir luchando. La
18/19 fue muy dura, como atestiguan sus lágrimas tras salir del ostracismo para meter al equipo en su primera semifinal de
Copa del Rey tras 14 años. Fue su último servicio antes de emigrar de nuevo, esta vez a un
Levante donde
Roger y
Mayoral no le están poniendo nada fácil jugar. Pese a ello, suma tres goles en 18 partidos. Y, por supuesto, nunca dejará de luchar.
"Mucho sacrificio desde bien pequeño.
Tomarte las cosas en serio. Lo fácil o lo difícil no es llegar, lo difícil es mantenerse en la categoría”, ésa es la mejor enseñanza que le dejan estos 10 años en la elite.
"Tienes que llevar una rutina diaria, buena alimentación... Son muchas cosas que que a lo mejor de joven no las llevas porque eres un poco rebelde y estás con tus amigos. Conforme pasa el tiempo te das cuenta que sin esas cosas, sin la madurez de poder llevar buena alimentación, buen descanso y todo lo que va ligado al deporte, es muy difícil mantenerte. Eso es lo que más he aprendido, que quizás de joven no lo supe llevar y me alegro de haberlo hecho porque ha merecido la pena", concluye
Sergio León.