Los delanteros viven del gol. Es la medicina que cura todos sus males. Por ello, una de las mejores noticias de la noche en Heliópolis llegó con el tanto de Tonny Sanabria. Y no ya porque significó, a la postre, el triunfo de su equipo, sino porque sirvió para que el internacional paraguayo se estrenase por fin con la elástica de las trece barras. Un tanto redentor, después de 476 minutos de sequía, que debe representar una inyección de moral para el punta guaraní, que carga con la losa de ser el fichaje más caro de los últimos años.
No fue brillante su partido. Lejos del área, aportó trabajo pero no siempre consiguió conectar con sus compañeros. Pero en la zona de castigo se crece. Y por alto, más. Lo demostró al aprovechar un medido centro de Durmisi, cabeceando con precisión a las redes el primer balón que le llegó. Ya en la segunda parte, también se fabricó una buena jugada que acabó con un disparo forzado por la oposición de Sidnei, justo antes de ser sustituido con ese valioso gol en el zurrón.