Antonio José Medina5 min lecturaEl Real Madrid reacciona en la segunda mitad ante el Alba Berlín para llevarse un partido en el que, en algunos momentos del segundo cuarto, revivió los fantasmas de anteriores encuentros en Euroliga esta temporada y se temió lo peor.
La mejoría en defensa experimentada tras el descanso le bastó a los de Chus Mateo para sumar su quinto triunfo de la temporada en la máxima competición continental, ante un Alba Berlín que mientras los triples le entraron estuvo muy vivo, pero que, cuando éstos no lo hicieron, apenas pudo oponer resistencia a los blancos.
Tal vez lo mejor para el conjunto madridista fue ver que Rathan-Mayes e Ibaka, dos de sus fichajes de este año, fueran los dos mejores del partido. El canadiense estuvo muy certero desde la larga distancia e, incluso, se pudo permitir descansar en el tramo final del partido; y el hispano-congoleño recordó por momentos al pívot dominador de otra época, en una zona donde, sobre todo en ataque, reinó a placer.
El primer cuarto estuvo lleno de alternativas, en el que el Alba Berlín ya mostró sus armas desde el triple, con un Procida que apunta a crack y un Mattisek que cuajó sus mejores minutos, y el Madrid se agarró al acierto de Hezonja y a Rathan-Mayes para no dejar escapar a su rival. El 23-22 era reflejo de lo que se estaba viendo, un Madrid poco involucrado en defensa, pero que sacaba a pasear su aritllería en ataque.
Pero cuando esta le falla, defendiendo así, lo lógico es que te hagan daño. El arranque del segundo cuarto fue demoledor para los de Mateo. Los jugadores del Alba Berlín campaban a sus anchas y anotaban desde todos lados, al tiempo que los blancos sufrían una pájara que permitía a sus rivales escaparse. Un parcial de 15-4 en los cuatro primeros minutos (+11 para los alemanes) hizo saltar las alarmas.
Chus Mateo metió a Abalde para que defendiera y el gallego a lo que se dedicó realmente fue a anotar. Dos triples consecutivos volvieron a meter al Madrid en el partido y, de ahí al final, aunque no decreció la sangría atrás, los blancos no dejaron de anotar para llegar con un brutal empate a 55 al descanso.
Si con lo mal que estaban defendiendo, el Madrid no cecía, se intuía que, en cuanto apretara, se iría. Y así fue. Del 61-59 se pasó al 74-59, un parcial que, a la postre, le costó el partido a los alemanes. Éstos seguían jugando a lo mismo, a tirar triples, pero ahora no entraban. Mientras, Rathan-Mayes y Campazzo hacían estragos con su velocidad y su acierto. Los once puntos de ventaja con los que acabó el cuarto parecían muchos, pero era un mal menor para los alemanes a tenor de lo que habían ofrecido.
No obstante, fueron suficientes, porque el Alba Berlín no tuvo ninguna opción en el último cuarto de acercarse. Y eso que los blancos hicieron cuatro faltas y entraron en bonus en el primer minuto de este último periodo. La mayor rotación blanca y la mejoría defensiva, sobre todo en el tiro exterior alemán, fueron suficientes. Y, si faltaba algo, Musa se encargó de asumir la responsabilidad anotadora para matar definitivamente el encuentro.
Real Madrid (23+32+24+19): Campazzo (12), Rathan-Mayes (16), Hezonja (11), Hugo González (2), Tavares (10), -cinco inicial-, Llull (2), Ibaka (15), Ndiaye (-), Deck (7), Andrés Feliz (1), Musa (13), y Abalde (9).
Alba Berlín (22+33+13+16): Spagnolo (4), Procida (18), Delow (10), Schneider (8), Wetzell (10) -cinco inicial-, Mattiseck (11), Samar (10), Doerries (2), Rapieque (5), Nufer (3) y Williams (3).
Árbitros: Joseph Bissang (Francia), Seffi Shemmesh (Israel) y Denis Hadzic (Croacia). Excluyeron por cinco faltas personales a Tim Schneider (35').