El tenis francés vive un momento muy irregular, en el que los grandes nombres de los últimos años ya van cumpliendo una edad, y los jóvenes no terminan de despuntar; sin embargo, en los últimos tiempos se ha mencionado mucho a un tenista que parecía un 'elegido' y el encargado de llevar a Francia a la gloria de nuevo, Arthur Fils. Pero no terminaba de explotar, sin embargo, esta semana ha conseguido una de las mayores victorias de su carrera, al vencer en la final de Hamburgo al número 4 del mundo y finalista de Roland Garros, Alexander Zverev. Además, en un partido tan tenso como polémico, en el que acabaron enzarzados por lo que sucedió en la pista.
El francés logró el título más importante de su vida, al vencer en su casa al teutón, primer favorito y vigente campeón. Para lograr su primer triunfo en tres encuentros jugados contra el germano, el galo necesitó tres sets, una resolución en el 'tie break' y más de tres horas y media de lucha. Ganó finalmente por 6-3, 3-6 y 7-6. Fils, que se tomó cumplida revancha de la derrota sufrida el pasado año, añade Hamburgo a Lyon, de categoría 250, su único título hasta ahora. La de Hamburgo, donde mostró un gran nivel, fue su tercera final. Perdió también en 2024 la de Amberes.
Arthur Fils se sobrepuso al nivel de su rival y un público muy casero, que estuvo en su contra desde el principio. Pero se aferró a la pista y frenó el intento de reacción de Zverev, que no aprovechó sus ocasiones. De hecho tuvo veintidós bolas de 'break' y solo aprovechó una. Además, Sasha afrontó el choque mermado en la rodilla derecha, visiblemente vendada, y enfermo del estómago, pero mantuvo el pulso hasta el final.
La tensión reinó entre ambos, que incluso se encararon tras el undécimo juego del tercer set, y el juez de silla tuvo que interponerse entre los dos jugadores. Todo este jaleo se intensificó en el tramo final, cuando Fils acentuó sus gestos de desafío a la grada. El francés ejecutó un saque 'de cuchara', que se marchó fuera. Aún así, Fils ganó el juego y se puso con 6-5 en la tercera manga. Desde su banquillo, Zverev reprochó la actitud a su rival. Le acusó de faltarle al respeto.
Y ahí el francés, en lugar de ir a su banco, se acercó al alemán e intercambiaron unas palabras. Entonces, el juez árbitro, tuvo que bajar de su silla y obligar a Fils a regresar a su lugar. El público agudizó sus abucheos a Arthur Fils, lo que le motivó aún más. Al final, en la red, Zverev cumplió con el ritual y, con desgana y sin mirarle a la cara, estrechó la mano de su adversario.