Francisco Salas3 min lecturaLos torneos de la WTA han sido históricamente una incógnita, porque mientras en el cuadro masculino estamos acostumbrados a una cierta estabilidad, seguramente irreal por la costumbre de que siempre hayan estado arriba en los últimos años Nadal, Djokovic, Federer y Murray, en el femenino, ha sido mucho más volátil la parte alta del ranking. Sin embargo, en los últimos años hemos visto como llegaba una generación de tenistas jóvenes que se afianzaba en la cabeza del ranking y que en cada torneo estaban en las rondas finales luchando por el triunfo, sin embargo, en el Miami Open por diversos motivos no está siendo así y las favoritas se están marchando mucho antes de los esperado.
Para empezar la campeona del Open de Australia y número 2 del mundo Aryna Sabalenka se fue en tercera ronda ante Kalinina, aunque en su caso era esperable, porque el hecho de haber sufrido la pérdida de su expareja cuando ya estaba en Miami pudo afectarle, mientras que la esperanza local Coco Gauff se vino abajo en octavos ante una Caroline García que está en una de las semanas del año donde puede optar a todo. Aunque las que si siguen son Rybakyna, Sakkari, o Jessica Pegula, que se impuso en el duelo de multimillonarias a Emma Navarro. Sin embargo la mayor sorpresa del día -y del torneo- la protagonizó Iga Swiatek.
La polaca, número 1 del mundo, ha vivido un torneo marcado por las lluvias, que le han ido retrasando partidos y ya sufrió mucho para vencer en tercera ronda a su verdugo en Australia, Linda Noskova, sin embargo, tan solo un día después afrontaba unos octavos de final sumamente difíciles ante la rusa Aleksandrova, cabeza de serie número 14. Swiatek no estuvo cómoda en ningún momento y no fue capaz de hacer frente a la pegada de su rival, que con un saque brutal y una derecha que le volaba, no dio opción y se llevó el duelo en poco más de una hora y veinte por un contundente 6-4 y 6-2.
La reciente campeona de Indian Wells optaba a conseguir el título aquí y lograr un doblete conocido como 'Golden Sunshine', algo que no han sido capaces de hacer más que cuatro tenistas en el cuadro femenino en la historia, aunque ella es una, ya que lo consiguió en 2022. Esto deja solo a Carlos Alcaraz, que tiene la oportunidad de llevarlo a cabo y ser el octavo jugador ATP en cumplir esta gesta. Por ahora el murciano está en el bueno camino para lograrlo.