Antonio José Medina4 min lecturaUn gran partido de Stefanos Tsitsipas, que ganó de forma contundente al australiano Thanasi Kokkinakis, permite a Europa igualar una Laver Cup 2024 que empezó con sorpresa tras la justa derrota del noruego Casper Ruud ante el argentino Francisco Cerúndolo.
Es curioso que el que hubiera tenido que llegar a salvar la papeleta de la gran favorita sea el único tenista que equipo que capitanea Bjorn Borg que no está entre los diez mejores del mundo. Sin embargo, Tsitsipas hizo uno de sus mejores partidos esta temporada en pista rápida, no tuvo nunca los altibajos que le han hecho perder tantos duelos de forma inesperada y aguantó la presión de su rival, en especial en el tramo final del segundo set, para hacerse con el partido por 6-1 y 6-4.
El arranque de partido ya dejó claro al nivel que estaba uno y lo que podía oponer el otro. Tsitsipas no daba concesiones con su saque y apretaba al resto, el griego se hacía con todos los intercambios en una pista que está demostrando ser más lenta de lo que algunos apuntaban y sólo contadas derechas lograban perforar el muro que había construido el heleno en el fondo de la pista. Los errores de Kokkinakis se sucedían, aunque eran más los aciertos de su rival. Y, cuando quiso responder, iba 5-0 abajo y había perdido el primer set.
Todo hacía indicar que cambiaría en la segunda manga, pero Tsitsipas no le dio opción a relajarse, quebró de nuevo el saque de su rival y se centró en conservar el suyo. Kokkinakis apareció, logró meter golpes ganadores y llevarse intercambios, pero sólo en una ocasión tuvo opciones de equilibrar el set. Ahí, Tsitsipas aguantó y cerró el partido.
Antes de eso había llegado la gran sorpresa, la derrota del nueve del mundo, Casper Ruud, a manos de Francisco Cerúndolo. No es tanto la sorpresa porque no le pudiera ganar, sino por la claridad con la que llegó.
Cierto que el argentino venía de jugar muy bien en Copa Davis y de llevar a su país a las Finales tras eliminar a Gran Bretaña; y que Ruud había perdido ante el portugués Henrique Rocha, 159 del mundo, en la misma competición. Y eso era un aviso que no había que desdeñar.
El partido, no obstante, empezó mejor para el noruego, que se apuntó con comodidad sus primeros saques, dominaba desde el fondo y tuvo tres bolas de ruptura para haber puesto diferencias en el marcador. Sin embargo, a partir del sexto juego todo cambió. Cerúndolo tomó el mando, empezó a mostrarse firme en el fondo de pista y hacer correr a su rival. Rompió en el séptimo juego y eso fue suficiente para llevarse la primera manga.
Nada varió en la segunda, en la que el argentino siguió a suyo ante un Ruud que, al menos, siempre lo intentó. Aunque poco pudo hacer. Sólo lo justo para que este segundo set no hubiera acabado en paliza, lo que le permitió recuperar un 'break' y maquillar el resultado.
Aún se jugarán otros dos partidos más que decidirán el resultado de este primer día, con el choque, para acabarla primera jornada de la Rod Laver, en el que Alcaraz y Zverev serán las estrellas.