El mundo del deporte lleva dos días en la más absoluta tensión debido a que una vez más ha caído sobre él la lacra del dopaje. Esta vez ha sido en el tenis, uno de los deportes más seguidos y practicados del mundo, que se ha visto manchado como nunca. El problema es que no ha sido un caso aislado de un jugador lejos de los mejores, si no que el positivo ha correspondido al número 1 del mundo, Jannik Sinner. El transalpino dio positivo en el Masters 1000 de Indian Wells en marzo, y todo se mantuvo en secreto hasta que saltó a la luz el pasado lunes, una vez venció en Cincinnati.
Vayamos al origen de todo, cuando Sinner se sometió a dos pruebas antidopaje, una en Indian Wells y otra en Miami. Ambas en marzo, y en las dos dío positivo por Clostebol, un anabolizante. Pues bien. ahí debería haber sido sancionado de forma provisional, pero sus abogados lo pararon, tanto ahí como en el contraanálisis. De hecho siguió jugando, participando en el torneo de Madrid cuando todo estaba aún en el aire y él se defendía en el tribunal vía Zoom. Además, en su caso se incumplió una normativa que dicta que cualquier positivo debe hacerse público.
El jugador y sus abogados defienden que fue un dopaje accidental. Ya que Giacomo Naldi, su fisioterapeuta, y Umberto Ferrara, su preparador, alegaron que Naldi se hizo una herida en el dedo y para curarse usó un fármaco que llevaba la sustancia que acabó entrando en el cuerpo de Jannik al recibir un masaje sin guantes. Esta teoría se puede confirmar ya que Naldi llevó en algunos partidos una tirita en el dedo que deja claro que la herida que se alega existía de verdad.
Pero como en todo, hay una incongruencia según el informe de la ITF, y que ha encontrado el periodista José Morón, y es que Gius, un amigo del de Sán Cándido que estuvo en Miami, indicó que la herida se produjo en otro sitio distinto. Pero el tribunal no le ha dado importancia. Como también hay ciertas dudas en cuándo compró Ferrara el Trofodermin -la sustancia que Naldi usó para curarse-. Ya que cuadra el ticket de compra con la fecha de aplicación, pero el Tribunal pasó esto por alto y no lo consideró importante.#[relacionada;multiple;[proveedor:0;id:461598,461560,461551]]
Otro problema, este aún más inverosímil, es sobre cuando ocurre todo. Ya que Ferrara le dio a Naldi el bote de Trofodermin para curarse la herida advirtiéndole que contenía Clostebol, la sustancia dopante que ha acabado 'pitando' en los análisis. Pero Naldi no dudó en explicar que él no recuerda que Ferrara le advirtiera de nada.
A favor de Jannik está que ha confesado que nunca supo que se le estaba aplicando un masaje con algún producto como el Trofodermin o que pudiera contener Clostebol, y gracias a ello y a su total colaboración, le han absuelto de toda culpa y consideran esto como un doping accidental, sin sanción. Aunque también chirría que pese a considerarlo accidental haya perdido los puntos y el premio de Indian Wells.
Pese a que se puede valorar que Sinner tiene razón y el dopaje fue accidental, el problema es que históricamente el mundo del tenis ha sido inflexible con ejemplos de este estilo, y en lugar de darle las opciones de defenderse y de poder argumentar diferentes teorías que expliquen por qué, han sancionado sin preguntar. Simona Halep, Jenson Brooksby y muchos más han visto truncadas sus carreras por casos casi iguales.