"Que dos número 1 del mundo sean descubiertos por dopaje es repugnante para nuestro deporte. Da una imagen horrible", señalaba el siempre polémico Nick Kyrgios en la previa del ATP de Brisbane, donde reaparecía después de más de dos años de lesiones.
El tenista australiano igualaba a los dos nombres propios del mundo del tenis la pasada temporada. Tanto Iga Swiatek como Jannik Sinner dieron positivo por dopaje, pero de ello no se supo hasta que no se resolvieron sus casos. El italiano fue sancionado con perder los puntos de la semana de Indian Wells, que es donde había dado positivo. Y la polaca con solo un mes, que coincidió con el tramo final de temporada en el que no jugó y perdió el número uno a manos de Sabalenka.
En ambos casos, la ITIA (Agencia Internacional de Integridad del Tenis) dictaminó que ninguno de ellos había sido responsable ni había tratado de tener ventaja, de ahí su sanción.
El debate abierto desde entonces no es tanto ese como el trato de favor que se ha tenido con ambos, supuestamente, por ser número uno. Un debate que se ha acrecentado tras las recientes sanciones a Max Purcell y al ruso Daniil Savelev, a quien, pese a que la ITIA reconoció que "no tomó el fármaco (meldonium) intencionadamente para mejorar su rendimiento, le ha sancionado con dos años de suspensión. "Yo solo cuestiono el funcionamiento del sistema y por qué algunos jugadores no son tratados de la misma manera que otros. El problema es la inconsistencia, es la transparencia", afirmaba esta semana el propio Novak Djokovic, que siempre defendió la inocencia de Sinner, pero que no entiende el trato de favor que tienen unos con respecto a otros a la hora de administrar las medidas cautelares.
La gran diferencia entre ambos casos es que el dopaje de Sinner volvió a los 'tribunales' y está pendiente de una resolución de la AMA, que le podría suspender con hasta dos años. Y la sanción a Swiatek ha quedado ahí.
Sobre ello fue preguntada la polaca a su llegada a Australia y dejó claro que ella no quiere compararse con el italiano. “He aportado todas las pruebas posibles y, sinceramente, no hay mucho que se pueda hacer más. Logré señalar la fuente -del positivo- con bastante rapidez. Por eso el caso se cerró con bastante prontitud. No espero una apelación, pero no tengo ninguna influencia sobre lo que va a pasar. Puedo decir, según los procedimientos que he seguido y la forma en que me han tratado desde el principio, que me pareció todo correcto", avisaba la polaca, que se desmarca completamente de Sinner.
Swiatek fue más allá y asegura que aparte de unos "comentarios negativos" que no puede evitar, todos se han portado muy bien con ella. "Creo que la respuesta ha sido más positiva de lo que pensaba. Creo que la gente, la mayoría, es comprensiva, y los que leen los documentos y son conscientes de cómo funciona el sistema, saben que yo no tuve ninguna culpa ni influencia en lo que estaba ocurriendo. (...) Después de que se publicara la información sobre mi caso, tenía miedo de que la mayoría de la gente me diera la espalda. Pero sentí el apoyo y es estupendo"", comentó este viernes la tenista número dos del mundo en la rueda de prensa previa a su debut con Polonia en la United Cup.