Paula Badosa vuelve a jugar este miércoles ante su amiga Aryna Sabalenka tras superar la primera ronda en el WTA 500 de Stuttgart. La número 2 del mundo se le ha cruzado ya dos veces en las últimas semanas -también jugó ante ella el Miami Open- y ha frenado la progresión de la catalana en un año que no está siendo todo lo bueno que quisiera tras la dura ausencia de seis meses de la pasada temporada.
Los problemas en la espalda han hecho que Badosa juegue con altibajos. Sólo en el Open de Australia superó dos rondas y eso le ha llevado a casi salir del Top-100, algo que podría ocurrir de no reaccionar en estas tres próximas semanas.
Badosa sigue siendo el referente del tenis español y eso pese a que esta semana ha pasado a ser la quinta jugadora nacional por ránking tras verse sobrepasada por la nueva estrella del tenis español. La gallega Jessica Bouzas cedía el pasado fin de semana en la final del ITF de Zaragoza ante la japonesa Moyuka Uchijiima y este lunes veía su sueño de ser Top-100 hecho realidad. La de Vilagarcía de Arousa subía 12 posiciones para ser la 90 del mundo, tres puestos por delante de Badosa.
Es el premio a una jugadora que lleva un 2024 espectacular y que, jugando aún en torneos ITF, ha logrado meterse entre las 100 primeras. Hace sólo unas semanas sumó su primer torneo WTA, un 125 disputado en Antalya (Turquía), donde derrotó en la final a la rumana Irina-Camelia Begu.
En las semanas previas había sumado dos títulos en el W75+H de Oporto y en el W50 de Morelia, en México, y disputado otra final en la ciudad lusa de Porto, en otro W50. A partir de ahora, con ese ránking, empezará a pensar en cotas mayores y en medirse a las mejores tenistas del mundo. Por lo pronto, le ha valido para disputar, a sus 21 años, Roland Garros. Ayer se hizo oficial la lista de inscritas y la gallega aparece ya dentro gracias a esa subida. En España ya sólo tiene por delante a Sara Sorribes (51 de la WTA), Cristina Bucsa (73) y Rebeka Masarova (80).
Y eso que, hace apenas tres meses, estaba en un bache y no sabía hacia donde dirigir su futuro. “El año ha empezado muy bien, pero hay mucho trabajo detrás. El final de 2023 fue duro para mí. Estaba pasando por un mal momento y no era capaz de competir al 100 %, ni siquiera disfrutaba. Todo mi equipo estuvo conmigo, apoyándome y aportándome esa tranquilidad de no estar buscando resultados. Acabé el año, me fui a mi casa un par de días y a la vuelta ya estaba totalmente enfocada en la pretemporada. Ahí empecé a coger confianza en mi juego, aunque el punto de inflexión fue perder en la Qualy del Open de Australia, ahí algo en mi cabeza hizo clic. No es que ahora esté entrenando mejor, eso ya lo venía haciendo, pero ese choque de realidad me hizo despertar. A partir de ahí todo ha ido hacia arriba, aunque mi día a día sigue siendo igual”, afirmaba Jessica Bouzas, que señala como clave en este cambio a su nuevo técnico, el extenista Roberto Ortega. "Ahí estuvo la clave para cambiarlo todo. (...) Gracias a la tranquilidad que me aporta estoy siendo capaz de desarrollar mi mejor tenis”, añadía recientemente la gallega, la nueva estrella del tenis español y una más para París.