Marta Sánchez3 min lecturaJannik Sinner tienen un gran reto por delante en este inicio de temporada, ya que está en Melbourne para defender el título del Abierto de Australia. El próximo lunes el italiano debuta en esta competición, en la que está en juego el primer Grand Slam de la temporada. Y aunque trata de centrarse únicamente en el tenis no lo va a tener nada fácil, ya que hay novedades en su caso por dopaje.
Desde que se hizo público su positivo en clostebol, el pasado mes de septiembre, ha tenido que someterse a diferentes juicios. Y aunque le declararon inocente debido a un caso de dopaje involuntario, ya que entró en contacto con esta sustancia debido a una contaminación de su fisioterapeuta, el TAD entró en juego para valorar su sanción. En una primera resolución la sanción fue simple: retirarle los puntos y el premio económico que consiguió en Indian Wells, torneo en el que dio positivo. Pero la Agencia Mundial Antidopaje busca una condena más dura, que se decidirá en un juicio que ya tiene fecha.
Este viernes se ha conocido la fecha definitiva en la que Jannik Sinner se verá las caras con el Tribunal de Arbitraje de Deporte (TAD) y habrá una resolución definitiva sobre el caso de dopaje. La audiencia se llevará a cabo los días 16 y 17 de abril en Lausana. Este recurso se celebrará a puerta cerrada y mientras se celebran los torneos de Godó y Munich, en los que el número uno no tenía pensado participar.
La Agencia Mundial Antidopaje busca una condena de uno o dos años de sanción, mientras que el transalpino quiere demostrar definitivamente que su positivo se produjo de manera involuntaria y no le supuso ningún beneficio en las pistas.
Mientras tanto, el tenista italiano debe dejar de lado las novedades de su caso por dopaje para centrarse en el tenis. Y su primer reto está a punto de comenzar. El número uno del mundo debuta el próximo lunes 13 de enero en la primera ronda del Abierto de Australia, su primer partido oficial en 2025. Sinner se medirá a Nicolás Jarry en busca del pase a la siguiente ronda y de volver a conquistar un trofeo que ya levantó en la edición anterior. Todo esto mientras hay un 'juicio' público entre los aficionados australianos, instigado por Nick Kyrgios, uno de los más críticos debido a su dopaje.