La pesadilla de Jannik Sinner no cesa. Afortunadamente para el italiano, la temporada no ha podido acabar mejor para él en cuanto a resultados se refiere. Con la plaza de número uno del mundo y la reciente Copa Davis ganada con su país, el transalpino ha cerrado un año de ensueño.
Sin embargo, el escándalo generado esta semana por el doping de Iga Swiatek ha vuelto a ponerle un foco en lo alto de su cabeza y ha provocado que su positivo por clostebol se reabra socialmente.
Mientras la polaca aceptó ser sancionada durante un mes al haber dado positivo en trimetazidina en una prueba de orina el pasado 12 de agosto, Sinner no ha recibido castigo, al menos, de momento. Y muchos lo ven injusto.
Pero la razón de ello está clara. Mientras Swiatek ha dado positivo por tomar un medicamento que supuestamente consumía para dormir, Sinner lo dio por una sustancia que llegó a su cuerpo de manera externa, a través del masaje de su fisio.
Han sido varios los meses de pelea que ha tenido que soportar Sinner para demostrar su inocencia y, por el momento, parece que se librará. De hecho, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) ha dado a conocer el calendario de audiencias que se van a celebrar los próximos meses, concretamente hasta el 11 de febrero. Y de toda esa lista de audiencias, no hay rastro de la que tiene pendiente Jannik.
Y mientras algunos todavía no entienden que el italiano haya quedado impune, otras como Simona Halep han cargado duramente contra la ITIA por hacer distinciones entre su caso y el de la exnúmero 1 del mundo: "Siempre creí en la bondad y la justicia, ha sido muy doloroso todo el proceso en el que tuve y solo puedo preguntarme cómo es posible que en dos casos idénticos, la ITIA haya tenido maneras de afrontarlo totalmente distintas. ¿Cómo puedo aceptar que la WTA y el Consejo de Jugadoras no quisieran mi regreso con el ranking que tenía cuando empezó todo, tal y como merecía? Perdí dos años de mi carrera, muchas noches sin poder dormir, pensamientos oscuros, ansiedad, preguntas sin respuesta, pero gané. Demostré que fue una contaminación y que el pasaporte biológico fue una pura invención. Y gané algo más; mantener mi conciencia tranquila y limpia. Me he sentido frustrada y decepcionada, pero nunca culpable. Estoy orgullosa de ser quien soy".
A Iga le comunicaron el positivo el día 12 de septiembre y que la suspendían de manera provisional durante un mes. El 19 de septiembre le comunican que vuelve a dar positivo y el día 22 apela, pidiendo que le levanten la sanción provisional. La ITIA se lo niega ya que no puede aportar pruebas de cómo llegó esa sustancia a su cuerpo.
Posteriormente, su equipo jurídico descubrió de dónde venía la trimetazidina, en sus pastillas de melatonina que tomaba para combatir el jet lag. Y la ITIA, tras comprobarlo, le levanta la sanción el día 4 de octubre. En total, 22 días sancionada.
Y hay dos razones que han provocado que el castigo no haya sido mayor. En primer lugar, que dicha sustancia la tomó como medicamento, no como suplementación. Y, por otro lado, que la melatonina esté considerada en Europa como medicamento.