Era el partido más esperado. Desde hacía seis años Novak Djokovic no caía en el Open de Australia y todo hacía presagiar que su dominio podía continuar; sin embargo, de igual modo sabíamos que no estaba en su mejor momento –había sufrido en muchos partidos– y que en semifinales se encontraría con Jannik Sinner, un jugador especial que le había derrotado hace poco en la Copa Davis. Pues bien, el italiano no sólo venció al serbio, sino que por momentos le dio una auténtica paliza.
Así es. Sinner no tuvo piedad de la leyenda que supone el serbio a nivel general en el tenis y particular en Australia, ya que no es únicamente el vigente campeón, sino que acumula hasta 10 trofeos en Melbourne Park. Podemos casi decir que Nole jugaba en casa, pero de nada le sirvió ante el vendaval de su rival, quien se impuso al número 1 del mundo por 6-1, 6-2, 6-7(6) y 6-3 en tres horas y 22 minutos de juego.
Más allá del duro golpe que supone para un Djokovic al que sólo le vale ganar, la realidad es que Sinner ha hecho historia. A sus 22 años se ha convertido en el primer italiano, tanto en hombres como en mujeres, en acceder a la final en Melbourne Park, donde se enfrentará al ganador del choque entre el ruso Daniil Medvedev y el alemán Alexander Zverev, el cual se disputa también en la mañana de hoy viernes 26 de enero. Además, para Sinner esta victoria supone también disputar la que será su primera final de un Grand Slam, uniéndose de esta manera a sus compatriotas Nicola Pietrangi, Matteo Berrettini, Giorgio de Stefani y Adriano Panatta.
Volviendo al balcánico, ha sido hoy cuando su racha en la Rod Laver Arena ha llegado a su fin. Después de cinco años y 33 partidos sin perder en el Abierto de Australia, Djokovic, que se ausentó de la edición de 2022 por el tema de las vacunas contra el coronavirus, se quedó a ocho victorias de igualar el record del sueco Bjorn Borg, que fue capaz de ganar 41 consecutivos en Wimbledon.
En lo que concierne al desarrollo del partido, este fue una auténtica pesadilla para Djokovic. Los dos primeros sets fueron un paseo para Sinner, quien cerró el primer parcial en 35 minutos y el segundo en poco más. Con todo en su contra, Nole sacó orgullo en la tercera manga, en la cual salvó una pelota de partido antes de imponerse en el tie-break de la misma. Fue una bocanada de aire, una que sólo sirvió para alargar una agonía a la que Sinner puso fin en el cuarto y definitivo parcial por 6-3.