El tenis profesional no descansa apenas y una vez finalizados los Juegos, o al menos la competición tenística, ya era el momento de pensar en lo siguiente, que en este caso era muy importante, ya que se trata del inicio de la gira norteamericana de pista dura, que culmina dentro de unas semanas en el US Open. Apenas quedaba tiempo para descansar y hacer un cambio de superficie; y por eso muchos han optado por no participar en la primera parada, el Master 1000 de Montreal, y empezar ya directamente en Cincinnati. Mientras que Alcaraz o Djokovic optaron por sentarse en lugar de entrenar, otros, como por ejemplo Sinner, participar, y aunque era el gran favorito, tuvo un mal día y eso lo han aprovechado por detrás.
Y los que mejor se han aprovechado de la situación han sido dos; principalmente Andrey Rublev, que tiene una oportunidad de oro de maquillar su año irregular con un triunfo que puede ser una forma maravillosa de confirmar su regreso. Ya el hecho de pasar por encima del número 1 del mundo le tuvo que servir de acicate, y ahora con esto mejora aún más su perspectiva de cara a lo que se viene por delante. Y luego uno mucho menos esperado como el australiano Popyrin.
Rublev, número 8 del mundo, ganó al italiano Matteo Arnaldi por 6-4 y 6-2 en un partido que duró 1 hora y 18 minutos y que tuvo que interrumpirse por lluvia al poco de empezar el segundo set. Popyrin, por su parte, venció al estadounidense Sebastian Korda, reciente ganador del ATP 500 de Washington, por 7-6 y 6-3 en 1 hora y 32 minutos de partido. El australiano disputó las semifinales sin apenas descanso, pues también este domingo tuvo que jugar su cruce de cuartos de final contra el polaco Hubert Hurkacz, al que derrotó por 3-6, 7-6 y 7-5 en más de 2 horas y 47 minutos. El ruso y el 'aussie' se han enfrentado dos veces, con una victoria para cada uno. Y esta será la sexta final de un Masters 1.000 que disputará Rublev, que ha ganado dos, Montecarlo 2023 y Madrid 2024.
La organización del evento canadiense se ha visto forzada a programar varias rondas en el mismo día durante el fin de semana para poder terminar el torneo a tiempo después de suspender toda la jornada del viernes y parte del jueves debido a la lluvia. Que la final se dispute en lunes, un día después de lo habitual, fue una decisión que se tomó para dar margen a los tenistas que participaron en los Juegos Olímpicos de París para llegar a Canadá.