Novak Djokovic va a más conforme pasan los partidos en el Open de Australia 2024. Sufrió en su debut ante el joven croata Prizmic, mucho más ante el australiano Popyrin, resolvió con autoridad frente al argentino Etcheverry y ha pasado como una apisonadora por encima del francés Adrian Mannarino. Ha pasado de perder un set en cada uno de los dos primeros partidos a sólo ceder tres juegos en el de octavos de final.
Al tenista serbio se le ve al mismo nivel que el pasado año, cuando jugó las finales de los cuatro torneos del Grand Slam y en su horizonte, si no fuera por lo que dijo hace unas semanas, nadie hablaría de una posible retirada. “Para ser honesto, estoy dividido -sobre su retirada o cuántos torneos jugar al año-. Siempre hay una parte de mí que es un niño que, simplemente, adora el tenis y sólo sabe sobre tenis... y ese niño todavía quiere seguir adelante. Pero luego, por otro lado, soy padre de dos hijos, estoy lejos de mi familia y cada vez que viajo por un período prolongado se me rompe el corazón. Así que siempre estoy pensando en cuánto tiempo debería jugar, cuántos torneos debería jugar y si... ¿vale la pena?", indicaba el serbio.
Esa reflexión personal pasa a un segundo plano cuando se 'activa' el Djokovic competitivo. Ahí, la retirada se ve mucho más lejos. "Soy el número 1 y sigo en la cima, no tengo ganas de dejar el tenis en esa posición, quiero seguir adelante. Cuando sienta que no soy capaz de competir al máximo nivel y deje de ser candidato a ganar Grand Slams será cuando considere retirarme" afirma el serbio tras ganar a Mannarino, aunque matiza que, como ya dijo la vez anterior, ahora hay otros matices que le podrían hacer cambiar. "De todos modos eso puede cambiar. Ya no soy un adolescente. Soy padre y marido. Hay muchas cosas que me suceden en la vida privada que las disfruto y requieren mi atención", asegura el balcánico.
"El tenis es mi pasión y mi amor, pero también mi profesión. (...) Amo el tenis, me apasiona competir y voy con mucha energía a cada entrenamiento. Sin embargo, estar separado de mi familia me duele cada vez más, eso es por lo que más lucho ahora y trato de adaptar mi calendario. Creo que me he ganado el derecho a elegir qué torneos jugar y, lógicamente, los Grand Slams son la prioridad. Todavía me sigue emocionando el hecho de tener un punto de break a favor o en contra", añade el número uno del mundo.
Djokovic admite seguir teniendo ese "fuego dentro" que le hace ser tan competitivo como cuando empezaba a jugar al tenis. "Pensé que este año me sentiría más relajado o como mínimo con algo menos de tensión, pero no es así. Se puede ver incluso hoy, tenía el partido totalmente controlado y en cuanto he tenido un juego complicado estaba con discusiones con mi box. Sigo teniendo ese fuego interior que me ha permitido conseguir todo lo que he logrado. Ya no juego por el dinero o por los puntos, solo quiero jugar porque adoro la competición", advierte.