Podría haberlo soñado, pero más allá de eso, Rafa Nadal no habría esperado tener un regreso tan plácido (6-2 y 6-3) tras una nueva larga ausencia. El tenista balear apenas sufrió en su estreno en el Conde de Godó 2024 y pasó por encima de un Flavio Cobolli que, más allá de algunos puntos, poca resistencia ofreció al exnúmero uno del mundo.
Ya fuera por respeto o por inferioridad, el italiano no fue el rival que su ránking indica. Rafa Nadal sólo tuvo que elevar el nivel en algunos puntos para sacar ventaja y se permitió el lujo, incluso, de reservar fuerzas para lo que le llega a partir de mañana.
En su situación, es la mejor noticia. Cuanto más minutos en pista, mejor. Y cuanto menos tenga que forzar, más podrá aguantar cuando el rival lo requiera. Frente a De Miñaur, en segunda ronda, será otra historia. Pero eso llega mañana. Hoy, Nadal se demostró a sí mismo que, a pesar de sus limitaciones con el saque o de la falta de frescura por la ausencia de partidos, todo lo demás no lo ha perdido. Volvieron sus derechas y su puño en alto. Volvió Rafa Nadal...
Aunque Nadal comenzó con un 0-30, con su saque, fruto de su falta de rodaje, muy pronto dejó claro que estaba bastante recuperado de los problemas de espalda que le han tenido parado en las últimas semanas.
Con un Cobolli tímido, que ofrecía poco más que un buen servicio y buscaba los intercambios cortos, Nadal tuvo tiempo de soltarse y coger ritmo conforme pasaban los puntos. A partir del cuarto juego, el duelo cambió. Nadal empezó a alargar los puntos, a usar su derecha y a echar para atrás al transalpino, que nunca se había enfrentado a un tenista así.
Llegaron las primeras bolas de 'break' y una primera ruptura que dio confianza a un Nadal que no sufría nada con su saque y que, al resto, cuando su rival no lograba meter una buena bola, se veía claramente superior.
Con 4-1 perdió hasta cuatro bolas más de 'break', pero ni eso le preocupó. Ganó el siguiente juego en blanco y, a continuación, cerró el set (6-2) ante un rival que le pedía indicaciones al banquillo ante la falta de soluciones.
Cobolli trató de dar un paso adelante en el segundo set. Más agresivo desde el fondo, más metido en pista... Logró tener su primera opción de 'break', que Nadal resolvió sin inmutarse.
De hecho, no sólo no se inmutó sino que elevó el nivel para apuntarse cuatro puntos consecutivos y hacerse con el juego siguiente. Con 2-0 llegó su primer lapsus. Ya fuera porque veía el partido demasiado cómodo o porque quiso tomarse un respiro, el balear cometió dos errores no forzados y una doble falta y entregó su saque por primera y última vez.
Nadal nos tenía acostumbrados a no verse afectado cuando perdía su saque y también ha demostrado que eso no ha cambiado. El balear reaccionó ganando con la misma contundencia el saque de su rival. Esta vez el que falló fue el de Florencia y, con ello, casi dio el partido por perdido.
Aún intentó reaccionar con el 4-2, tratando de mostrarse igual de agresivo que en el inicio del set, pero Nadal reaccionó ofreciendo su mejor versión y Cobolli bajó definitivamente los brazos. Gran triunfo de un Nadal que ganó, cogió confianza y se reservó para la gran batalla que le espera mañana: Álex de Miñaur.