Rafa Nadal reconoce su límite en Roma

"Es el momento de empujar, y si me rompo, pues me rompo", ese es el objetivo de Rafa Nadal en el Master 1000 de Roma, donde ha necesitado de casi tres horas para vencer al 108 del mundo, Zizou Bergs en primera ronda, pero aún así saca una lección positiva del duelo

Rafa Nadal reconoce su límite en Roma
Rafa Nadal durante su debut en el Master 1000 de Roma - Cordon Press
Francisco SalasFrancisco Salas 4 min lectura

Uno de los lugares donde más tardes de gloria para el tenis ha dejado Rafa Nadal es sin duda el Foro Itálico, donde ha sido campeón del Master 1000 de Roma hasta en 10 ocasiones, y aunque en este 2024 el objetivo sea otro totalmente diferente, cada vez que salta a la 'Centrale' hay que estar muy atento para ver de lo que es capaz el de Manacor. Lo que no se esperaba ni él ni nadie es lo que ha vivido en la soleada tarde la ciudad eterna, donde un joven que bordea el top 100 del ranking como Zizou Bergs le ha puesto contra las cuerdas, llevándolo al tercer set, y obligándole a estar casi tres horas en pista.

Pese a este debut, el balear ha comentado en rueda de prensa que aunque no ha sido un buen partido, no jugó de la manera que realmente cree que puede y necesite jugar, pero le puede dar la vuelta. "En dos días de nuevo tengo la oportunidad de mostrarme a mí mismo que lo puedo hacerlo mucho mejor que hoy". En todo caso, sí que saca una lección positiva de esta 'maratón'. "Partidos como este ayudan a acercarse a los niveles de exigencia del circuito. Tengo que hacerlo mejor porque soy capaz de hacerlo, pero está costando, algo totalmente lógico por otra parte".

En busca del límite

Tras Barcelona, donde solo pudo jugar dos partidos y se le vio muy mal, y Madrid, donde saltó a pista en cuatro ocasiones y ya empezaron a dislumbrársele mejoras, la prueba romana es la cita definitiva para saber si llega a no a Roland Garros el próximo día 27. "La mejora es importante porque sigo jugando. En Barcelona, no estaba seguro de poder seguir. Estoy sacando mucho mejor y me siento más rápido aunque a veces juego demasiado lejos de la línea de fondo", no obstante, no esconde que es el momento de apostarlo todo, pase lo que pase. "Es el momento de empujar y si pasa algo aceptaré las consecuencias. Es el momento de quitarme el miedo a romperme. Tengo que forzar y si me rompo, pues me rompo, ese es el objetivo de la semana".

Adaptarse a su nueva realidad

A sus casi 38 años, ya no es el mismo que antes, y aceptar ese cambio es algo en lo que está trabajando. "Tengo que aceptar que mi nivel es un poco más irregular. No es como solía ser antes, que era muy estable todo". Aunque por ese mismo motivo, cada partido como el de hoy, por irregular que sea es "algo muy positivo" y del que se pueden sacar lecciones valiosas, ya que es algo normal no estar a tope, después de haber estado sin jugar "casi dos años".