Rafa Nadal y Novak Djokovic han dirimido el último gran duelo de la mayor rivalidad de la historia del tenis. Como se esperaba, ganó el serbio, pero lo que parecía un paseo no lo fue tanto. Y no sólo por la competitividad que siempre concede el español, sino porque Nadal demostró que, para llevar más de dos meses sin competir está a un gran nivel.
Djokovic acabó tercero este Six Kings Slam tras ganar por 6-2 y 7-6(5), un torneo en el que no había nada en juego, pero en el que tanto uno como el otro, así como los dos finalistas, además de dinero, se llevan una experiencia importante, pues se han medido a los tenistas más en forma en este momento.
A ambos les valdrá de cara a lo que les llega. París y Turín al serbio y Málaga al balear.
El partido, a priori, no tenía más historia que ver por última vez un Nadal-Djokovic. Sin embargo, ellos se encargaron, especialmente en el segundo set, de que no fuera así.
La primera manga no tuvo apenas historia. De hecho, por momentos, pareció que hasta los dos juegos que ganó Nadal eran porque su rival se los había 'dejado'. Djokovic se mostró muy superior, rompió en el primer juego y demostró una superioridad que se preveía dado el momento de forma de uno y otro, y que recordó al inicio de partido en los últimos Juegos Olímpicos.
Todo arrancó igual en el segundo set, con 'break' del serbio que auguraba un rápido final. Sin embargo, a Nadal hay que echarlo de una pista. Nunca se va sin pelear. Y, a poco que te descuides, te la lía.
No se quedó ahí un Nadal que empezó a meter derechas y a presionar a Djokovic, que ya no parecía tan cómodo como en el primer set. El serbio aún lograba sacar adelante sus juegos, pero ya tenía que pelear todos los puntos y arriesgar más de la cuenta.
Por segunda vez, el partido pareció acabar cuando, con 4-4, Djokovic rompió el saque de su rival. Ni por esa se rindió un Nadal que contraatacó y volvió a equilibrar el set, dejando de paso un 'passing' espectacular y una bola de partido levantada.
El choque se fue al 'tie break', una muerte súbita son apenas concesiones, en la que ambos mantuvieron su saque hasta el 4-4 y en la que, esta vez sí, Djokovic cerró en la segunda bola de partido que tuvo. Gran final a una gran rivalidad.