Habrá que esperar un tiempo más para volver a ver a Rafa Nadal sobre una pista y con raqueta en mano. El manacorí ha confirmado que no participará en el Roland Garros. Si ayer anunciaba que hoy daría una rueda de prensa para comunicar la decisión que tomaba al respecto, hoy la expectación que había en la Academia de Rafa Nadal ha sido máxima desde el inicio de la mañana. La presencia de medios de comunicación ha sido notable y ha superado incluso las expectativas. Las palabras del tenista balear sobre su estado de forma y su próximo calendario han centrado la atención ahora mismo del mundo del deporte. Pero, sobre todo, ha dejado a todos boquiabiertos con el verdadero motivo de su convocatoria.
Al no disputar Roland Garros, el tenista balear se queda con 445 puntos en el ranking ATP, lo que le desplaza fuera del 'top100' mundial, más allá de la posición 130. Esa circunstancia no se daba desde la semana del 24 de marzo de 2003. A la conclusión de Wimbledon, si es que lo juega, necesitará de invitaciones para entrar en los cuadros.
Con rostro serio, voz algo temblorosa y sin querer dar la noticia más importante del día y menos esperada. Así compareció el de Manacor: "Gracias a todos por venir. El primer motivo por el que estamos aquí es deciros que la lesión que me hice en Australia no ha evolucionado como yo esperaba. Hemos trabajado lo máximo posible para estar en Roland Garros pero no va a poder ser. Va a ser la primera vez que me pierda esta cita, así que os podéis imaginar cómo me encuentro. No ha sido decisión mía, sino de mi cuerpo".
Tras esta primera intervención, continuó explicando cuál es su futuro y el motivo real de su decisión: "No tengo intención de jugar en los siguientes meses. Han sido unos años, pese a que los resultados han sido de primer nivel, donde mi día a día ha sido de un nivel muy bajo. De cara al exterior quedan los años buenos, pero a nivel personal han sido años realmente difíciles. Me ha costado tener continuidad en todos los sentidos por culpa del físico y eso se traslada al terreno personal. Han sido años complicados aunque lo enmascaran victorias importantes. Por eso hay que poner un punto y aparte".
Aunque su deseo es despedirse a lo grande, no ha querido ponerse metas próximas aún. Lo que está claro es que en 2024 colgará la raqueta para siempre: "Cuando me sienta físicamente preparado supondrá que estoy mentalmente preparado. Mi intención es poder llegar a final de año a jugar la Copa Davis si el cuerpo técnico lo considera. Y luego encarar el año que viene con garantías, que tengo la intención de que sea mi último año. Y me gustaría que fuese disfrutando de los principales torneos".