Rafa Nadal no está bien. Con solo haber visto un rato de sus partidos en el Conde de Godó o algún tramo de sus entrenamientos en las últimas semanas se puede apreciar que no es ni de lejos el Rafa de hace un par de temporadas, y no lo esconde, porque después de repetir por activa y por pasiva que su cuerpo no le dejaba hasta donde quería, en la previa del Mutua Madrid Open, donde debuta mañana jueves frente a Darwin Blanch, ha sido aún más categórico.
"Si en Roland Garros estoy como ahora mismo no saltaría a la pista; voy a jugar porque es Madrid", así de contundente era el manacorí en la rueda de prensa previa a su debut en el cuarto Masters 1000 del año. Pero aunque el parisino sea el torneo de su vida, no se le "acaba el mundo" por no jugarlo, y tiene otros objetivos en mente para después, como pueden ser los Juegos Olímpicos. También ha aprovechado para confirmar que esta será su última participación en el torneo madrileño, donde se ha impuesto en cinco ocasiones. Pese a ello, no pide un homenaje, como la "persona tranquila" que es. "Nadie tiene que preguntarme sobre homenajes. Harán lo que quieran hacer y estoy de acuerdo con eso”.
Su lesión en el abdominal, que ya le impidió jugar en Montecarlo y le limitó en Barcelona, sigue generando problemas. De hecho los entrenamientos que ha hecho en la Caja Mágica no han ido todo lo bien que esperaba y esta muy lejos de su mejor estado de forma. "No creo que pueda jugar al 100%" pero el evento significa "mucho" para él y aunque no se al máximo, quiere jugar en Madrid por última vez. "Son un lugar y una pista especiales para mí”.
Por ese mismo motivo se marca un objetivo bastante realista, el de no pasarlo mal y seguir trabajando en su recuperación, además de "estar en la pista y disfrutar lo máximo posible", pero sobre todo busca seguir sano y tener "la oportunidad de competir una vez más", y no se cierra a que suceda un milagro. "No pierdo la esperanza, en el deporte las cosas pueden cambiar muy rápido”.
Su debut va a ser sin duda uno de los momentos de la prueba y el manacorí lo sabe, porque el público aquí siempre "ha sido increíble". y le ha dado un gran cariño y apoyo y quiere sentirlo por última vez. "Simplemente sé lo que va a pasar y me apetece vivirlo". Aunque el rival que va a tener enfrente en primera ronda es un niño de 16 años al que ni siquiera conoce y ante el que espera poder hacerlo bien. "No le he visto mucho pero es un jugador joven con mucho potencial, yo espero salir ahí y hacer lo que tengo que hacer que es lo primero, intentar hacerlo de la mejor manera posible", si consigue ganar la cosa se complicaría, porque su rival en segunda ronda sería su verdugo de Barcelona, Álex de Miñaur.