Tras salir del Open de Australia antes de lo deseado, ya que no pudo pasar de cuartos de final al caer ante el alemán Alexander Zverev, el español Carlos Alcaraz llegó hace días a Buenos Aires, donde va a disputar el Argentina Open, torneo que conquistó en 2023.
El número 2 del mundo acumula en estos momentos hasta 22 días sin jugar, por lo que está por ver si empieza su aventura para volver a conquistar el torneo con el ritmo necesario. Parar tanto tiempo puede entenderse hasta cierto punto como un contratiempo, pero deberá sobreponerse a ello para hacer frente a su primer problema en Argentina, el cual tiene ya nombre y apellido.
Esperando rival para disputar la primera ronda en la capital del país sudamericano, el tenista murciano sabe ya que el obstáculo inicial en su recorrido será el semidesconocido argentino de 24 años y número 134 del mundo, Camilo Ugo Carabelli.
Justo el posible desconocimiento sobre el rival puede suponer una dificultad añadida. Siendo diestro y con el revés a dos manos, Carabelli es profesional desde 2016, pero no ha terminado de dar el salto al calendario ATP, ya que sólo ha disputado seis partidos en la categoría con un balance de tres victorias y tres derrotas. Para llegar a enfrentarse a Alcaraz el argentino ha tenido que derrotar en la previa a otro español, Jaume Munar, así como al boliviano Hugo Dellien. Una vez incluido en el cuadro principal del torneo, también se ha deshecho del peruano Juan Pablo Varillas, a quien ha derrotado por 7-6 y 6-4.
Es obvio que Alcaraz es favorito no sólo para el partido, sino también para el torneo. La cuestión es que el ambiente tampoco apunta a acompañarle. Es seguro que toda la hinchada local se volcará con su jugador, más aún teniendo en cuenta que el rival es uno de los mejores tenistas del mundo. Sí, esto también puede ser un problema.
Vigente campeón tras acabar con el británico Cameron Norrie en la pasada edición, Alcaraz no parece tener nervios de cara al inicio de un Argentina Open que asegura podría ser perfectamente un ATP 500. "Estoy feliz por volver. Si este torneo se convierte en un ATP 500 (es un 250), no me extrañaría para nada. Mis principales rivales en el presente son Sinner y Djokovic, aunque también hay que tener en cuenta a Medvedev", explica.