A Paula Badosa le ha vuelto a pasar. Su cuerpo ha dicho basta mientras estaba disputando un auténtico partidazo ante su amiga y rival Aryna Sabalenka en Stuttgart, cuando en el tercer set de un apoteósico duelo de octavos de final del torneo teutón, ha tenido que parar después de dos horas y veinte y cuando ya se superaba holgadamente la medianoche, y eso que la española estaba desplegando el mejor tenis de los últimos meses, pareciendo ya recuperada de sus problemas de espalda que tanto la han atormentado en el último año, pero era un espejismo. Con 3 a 3 en el electrónico del tercer parcial no ha podido más, marchándose de la pista totalmente abatida, tras la que era la trigésimo tercera retirada de su carrera.
Badosa, que ya había pedido asistencia médica en el tramo final del segundo set por sus problemas en la pierna izquierda, pero aún así no le impidieron ganarlo para igualar el encuentro tras un muy competido seis a cuatro, que pudo ser una renta mayor, pero se complicó en los últimos juegos y le costó cerrarlo. Aunque desde el principio estuvo en el partido ante la segunda jugadora del ranking WTA, quien ganó el primer set en el tiebreak. Y aunque en el segundo aunque empezó a notar molestias en la pierna y espalda y solicitó atención médica en el noveno juego, justo antes de sacar para cerrar la manga, Badosa pudo seguir y apuntarse el parcial, además encarrilar el tercero, hasta el punto de que se puso 3-1 en el parcial definitivo pero a partir de ahí se frenó, y tras el sexto juego, optó por no forzar y retirarse.
La española nacida en Nueva York, que había vencido en primera ronda a la rusa Diana Shnaider, pretendía su segundo triunfo seguido desde el Abierto de Australia y era su segundo partido sobre tierra batida en la temporada, pero ahora tendrá que volver a parar y está por ver si puede llegar a Madrid, para jugar 'en casa' el WTA 1000 de la capital. Este era el sexto enfrentamiento de Badosa con la número dos del mundo, que le había ganado los tres últimos. Dos de ellos en este torneo alemán y el más reciente, semanas atrás, en el WTA 1000 de Miami. La de Minsk ahora se sitúa en cuartos de final de un torneo en el que ha sido finalista tres veces aunque nunca lo ha podido ganar.