Alberto Gálvez4 min lecturaSe acabó el descanso para Paula Badosa si es que lo hubo. La tenista catalana, cuya última intervención fue en Málaga ante la polaca Iga Swiatek en la Billie Jean King Cup, ya ha comenzado su pretemporada para arrancar con fuerza el próximo año.
Y lo ha hecho con polémica, sobre todo, tras la advertencia que le ha hecho la WTA por una publicación que hizo en sus redes sociales hace un tiempo. Pero, además, ha elegido para iniciar su fase de preparación a otra de las tenistas que estos días ha estado en el ojo del huracán, Simona Halep.
Bajo el sol de Dubái, la española ha publicado unas fotos con la tenista rumana, quien busca volver a la cima del tenis femenino tras la sanción que recibió en su día.
En plena gira asiática, Paula Badosa subió una foto a sus redes sociales con los ojos achinados y unos palillos chinos. Y, ahora, varios meses después la WTA le ha advertido a la catalana que no tolerará más este tipo de publicaciones. Unas fotos que le han hecho ganarse algunos comentarios de racista a la española en las mismas redes.
Asimismo, la polaca Magda Linette, quien puso una foto llegando a Wuhan con la frase "la base de datos de virus ha sido actualizada", también ha recibido el mismo toque de atención por parte de la nueva directora ejecutiva de la WTA, Portia Archer.
La ganadora de dos grand slam -Roland Garros 2018 y Wimbledon 2019- denunció en sus redes sociales el doble baremo de la ITIA con el caso de dopaje de Iga Swiatek: "Estoy sentada e intentando comprender, pero me resulta realmente imposible comprender algo así. Me pongo de pie y me pregunto: ¿por qué hay una diferencia tan grande en el trato y el juicio? No puedo encontrar y no creo que pueda haber una respuesta lógica. Solo puede ser mala voluntad por parte de la ITIA, la organización que ha hecho absolutamente todo para destruirme a pesar de la evidencia. Realmente quería destruir los últimos años de mi carrera, quería algo que nunca imaginé que sería deseado. Siempre creí en el bien, creí en la justicia de este deporte, creí en la bondad. Fue doloroso, es doloroso y tal vez la injusticia que me hicieron siempre será dolorosa. ¿Cómo es posible que en casos idénticos que sucedieron al mismo tiempo la ITIA tuviera enfoques completamente diferentes en mi detrimento? ¿Cómo podía aceptar que la WTA y el consejo de jugadoras no quisieran devolverme el ranking que merecía? Perdí dos años de mi carrera, perdí muchas noches sin dormir, pensamientos, angustias, preguntas sin respuestas... pero gané justicia. Resultó que fue una contaminación y que el pasaporte biológico fue una pura invención".